CACERES 2016: Sam Jones (9), Kelvin Peña (17), Luis Grúber (13), Juan Sanguino (16), David Patten (12) --cinco inicial-- Ricardo Busciglio (8), Sydney Santana (9), Félix Ortiz (2), Angel Barrantes (-).

PRAT JOVENTUT: Pere Tomás (-), David Martínez (19), Jofre Lleal (21), Jesús Benito (-), Christopher Mc Naught (12) --cinco inicial-- Vall-Llobera (2), Marc Rubio (5), Cristian Oliva (-), Carlos Martín (-), James Williams (4).

MARCADOR POR CUARTOS: 13-13, 32-26, 59-53, 86-68.

ARBITROS: López y Gómez.

INCIDENCIAS: Buen ambiente.

Ha nacido el espíritu de Ricardo Busciglio. El base, un jugador que parecía destinado a ser un secundario del grupo de Manuel Piti Hurtado, especialmente tras el fichaje de Sam Jones, fue el conductor inexcusable de un triunfo necesario, casi insustituible, ante el débil Prat.

Emergió el joven italo-argentino en el momento de romper el duelo, en el instante clave, para contagiar a sus compañeros.

Busciglio personificó el despegue en el tercer cuarto del duelo agónico ante el Prat. No se podía perder más. Iban a ser diez derrotas consecutivas, un registro demoledor para la moral del club, de sus jugadores y de sus aficionados. Quizá por eso, el público vivió intensamente una velada peligrosísima y perdonó que no se viera un baloncesto brillante. Más bien al contrario durante bastantes minutos.

EL MOMENTO El Prat estuvo en el partido hasta que emergió la figura del gran Busciglio. Con él y con Jones, otro tipo de espíritu combativo y honrado, se fue el Cáceres en el marcador en el tercer cuarto, tras sufrir unas dudas notables. El Prat, de largo el peor equipo que ha vistado el multiusos esta temporada, vivió de los triples del veterano excacereño Jofre Lleal (qué tiempos aquellos de la ACB), pero se desfondó cuando el Cáceres apretó y El Pollito Peña y Juan Sanguino sacaron sus muñecas a pasear.

El duelo sufrió vaivenes hasta el 46-47 a falta de 5 minutos para el final del tercer cuarto. Pero ahí estaba el duo Busciglio-Jones, fórmula ampliada en el último cuarto, con El Pollito complementando la conjunción de los tres pequeños, para sentenciar el partido. Los demás actores (Grúber, Sidao, Ortiz, ya borrado Patten e ignorado Aspe) solo mantuvieron el buen nivel. Y hasta el joven Angel Barrantes se unió a la fiesta en el tramo final con un minuto y 14 segundos de premio del técnico.

No había subido el Cáceres a la ACB, pero casi se festejaba como tal. Los casi 2.000 espectadores que allí estaban salieron satisfechos por la carga práctica del resultado. Y eso que eran desconocedores de la mayor sorpresa de la noche: minutos después se anunciaría el fichaje de Harper Williams, uno de los mejores jugadores extranjeros en la historia de la ACB. No es savia nueva, pero es una contratación de prestigio, un cambio radical , con un veterano ganador que compensará las indiscutibles carencias. Una apuesta diferente, pero aparentemente segura.