Acaba de constituirse formalmente en Cáceres la Asociación de Amigos de Pacífico, en lo que ha sido el enésimo acto de homenaje y reconocimiento que mucha gente viene dedicando durante los últimos años a la figura del franciscano Pacífico Martínez, ´Pachi´. Tuve el honor de haber compartido clases y campamentos con el extraordinario cura leonés-cacereño, todo un privilegio para alguien que, como yo, se sigue escandalizando de ciertas tradiciones y modos anquilosados de la Iglesia católica. Y es que ´Pachi´ nos inculcó a todos lo que se podría denominar como el ´espíritu deportivo´ de la vida, esto es, el fomento del diálogo y el respeto como principios. En el deporte existe la figura del contrario; en el diccionario del franciscano, no. Y así debería ser en la filosofía global: apelando al tópico, lo importante no es ganar, sino participar, algo que no se prioriza, a veces, ni en los Judex. Así es Pacífico, un hombre que seguro que si fuera futbolista pediría perdón al meter un gol.