No conozco personalmente a la que está siendo nuestra deportista del momento, la joven karateca almendralejense Marta García, pero sí intuyo que estamos ante alguien que nos va a seguir dando muchas satisfacciones durante un periodo de tiempo muy prolongado.

Marta se acaba de proclamar campeona de Europa sub-21, meses después de lograr el cetro mundial del mismo deporte. A su edad, a primera vista sobresale de ella su entusiasmo. En cada mensaje en redes sociales, en cada imagen suya en el podio se puede intuir que lo que hace, y lo que le cuesta, es algo natural, sin aditivos ni poses. Y ello dentro de un contexto de una especialidad, el karate, que goza de una excelente salud, pese a la retirada de nuestro referente durante tanto tiempo, el nunca bien ponderado Lolo Rasero, sin duda uno de los mejores deportistas extremeños de la historia.

Hay campeones de primer nivel que no transmiten esa sensación tan sana de Marta. Hay quienes, sin duda, sus triunfos son producto del talento, primero, y de su esfuerzo (el de todos) después. En el caso de la almendralejense es todo natural, como una bocanada de aire fresquísimo.

Ese entusiasmo (ella dice que su principal virtud radica en su cabeza) debe ser siempre un ejemplo para todos los que quieran triunfar. Recuerdo ahora a Marta en Miajadas recogiendo su premio a mejor deportista femenina extremeña. Su rictus era el de una campeona, pero no solamente de resultados, sino de actitud ante la vida.

Mi colega Rodrigo Morán me presentó a su padre un buen día, hace más de un año, adelantando lo que vendría después. Y también alguien me avisaba que la hermana de Marta, Paola, más joven, tenía incluso más talento que ella. Da igual: en ambos casos estamos ante gloria bendita para el deporte regional.