La selección de los Estados Unidos ha dado un paso más hacia la final de los Juegos, de la que sólo le separa un choque, y también, sin ningún problema para apartar del camino a Corea, hacia la que puede ser la cuarta medalla de oro consecutiva de Lisa Leslie, una marca sólo superada por la también estadounidense Teresa Edwards, ganadora de cuatro metales dorados y un bronce olímpicos.

Hacía cuatro años que estas selecciones se enfrentaron por última vez, también en los Juegos, durante la primera ronda de Atenas 2004, donde el triunfo correspondió a las estadounidenses (80-57). Las campeonas asiáticas han pasado por distintas vicisitudes desde entonces y, desde luego, están lejos del momento que les permitió alzarse con el cuarto puesto en Sydney 2000, la mejor clasificación olímpica de su historia.

Al técnico coreano, Jung Duk Hwa, ya le parecía demasiado ambicioso antes de los Juegos que el equipo asiático consiguiera clasificarse para las semifinales. Sin embargo, ha sido capaz de eludir la eliminación y entrar en las eliminatorias como cuarto equipo del Grupo A, por delante de Brasil y Letonia.

A las coreanas les faltan dos jugadoras clave. La mejor base que ha defendido la camiseta asiática, Jeon Ju Won, se ha retirado del equipo nacional, mientras que la alero Lee Mi Sun ha perdido el tren hacia la capital china por una lesión de rodilla. Aún así, han accedido a los cuartos, pero, claro, en una posición que les condenaba a medirse con las actuales campeonas olímpicas.

La pívot Ha Eun Ju ha dado muestra del compromiso de las coreanas con la selección al rechazar una oferta de las Washington Mystics para jugar en la WNBA y poder acudir a Pekín. Ella cuenta con todo lo necesario para enrolarse en un equipo de la liga profesional estadounidense, pero Corea carece de los recursos necesarios para frenar a la selección de los Estados Unidos.

Un triple de Park Jungeun situó al cuadro asiático en ventaja en los estertores del primer cuarto (18-19). En realidad, las americanas todavía calentaban motores. Corea se prodigaba en el arco (dos de seis). No podía ser de otro modo puesto que son la selección que más triples ha lanzado en la ronda previa (37/117 -31,6 por ciento- en la primera fase).

La formación americana hacía lo propio (también dos de seis), pero enseguida sacó el rodillo. Un parcial de 16-4 avisó de la ruptura de una eliminatoria (41-25 m.15) que, finalizado el primer tiempo, había consumido cualquier interrogante respecto a la identidad del semifinalista (51-30) y que, tras el parcial de 10-2 que abrió el tercero (61-32), terminó de validar el billete de las norteamericanas hacia las inmediaciones del podio.