Estados Unidos puso fin al reinado en el Olimpo de Brasil tras un gran partido, que ganó por 3-1, en el que utilizó los remates-misil para socavar la férrea defensa de los suramericanos.

Brasil salió muy enchufado al partido. Sus jugadores eran conscientes de que se encontraban ante la última oportunidad de subir a lo más alto del podio olímpico como generación. Que era la ocasión de poner un broche de oro a seis años en los que lo han ganado prácticamente todo. Tras la medalla de oro de Atenas'04, revalidar el primer puesto en los Juegos de Pekín era el único objetivo posible. Precisamente por todo esto la selección brasileña ha tenido que soportar una enorme presión externa e interna.

No haber ganado la última Liga Mundial, cuya fase final se desarrolló precisamente en Río de Janeiro (Brasil) y que ganó Estados Unidos, después de haber vencido en las cinco anteriores de forma consecutiva, generó dudas. También la derrota ante Rusia en la primera fase del torneo olímpico. La edad de los jugadores y la falta de 'hambre' por haberlo ganado todo son conceptos que siempre aparecen en cuanto Brasil pierde un partido.

Pero la selección de Brasil, el equipo de Brasil, es atípico. Sus jugadores se ganan la vida, y muy bien por cierto, practicando el voleibol en Rusia, Italia o Grecia, pero juegan al voleibol cuando se ponen el escudo de Brasil en el pecho. Así lo entienden y así lo sienten. Individualmente son algunos de los mejores jugadores del mundo, con grandes cualidades técnicas, pero cuando se juntan, cuando hacen el grupo, su calidad hace que el rendimiento crezca de forma exponencial.

Estados Unidos, que se presentó en la final invicto, salió con el punto de mira descentrado y permitió a sus rivales adelantarse en el marcador 4-8. Mucha, demasiada ventaja para que los campeones del mundo y olímpicos no la aprovecharan.

En la segunda manga, a Brasil se le fundieron los plomos, 6-0 y 8-1. Estados Unidos les pasó por encima con grandes saques de Stanley y una agresiva defensa. La operación remontada brasileña quedó en un mero plan, aunque como el que no quiere la cosa llegaron a situarse a un punto, 21-20. Fue un espejismo, porque Estados Unidos le puso más músculo al partido y acabó ganando por 25-22 e igualando a uno el marcador.

Todo estaba como al principio. Cada equipo había enseñado sus poderes y en el tercer set nadie estaba dispuesto a ceder lo más mínimo. Ataque con ataque, defensa con defensa y bloqueo con bloqueo. Cada buena acción de uno era inmediatamente contrarrestada por el rival con otra parecida. Una lucha titánica.

Los norteamericanos se adelantaron, 12-9, tras los sucesivos empates iniciales, y llegó al segundo tiempo muerto técnico en franquicia, 16-12. Brasil estaba tocado e iba hundiéndose poco a poco ante su escasa capacidad de reacción. Apenas un par de destellos de acercamiento no bastaron para que Estados Unidos se apuntara el 2-1 y dejara a los brasileiros contra las cuerdas. Sin hacer un mal partido Brasil estaba siendo superado. La defensa y el habitual juego de continuidad no estaban siendo efectivos ante el contundente ataque norteamericano.

La solución de los brasileños no se vislumbraba y Estados Unidos siguió explotando el filón que había encontrado: auténticos remates-misil y una defensa tan activa como la de los brasileños. Los suramericanos encontraron su oportunidad: 4-6. Y se dedicaron a defender, a mantener, a conservar, a desesperar al rival. Lo hicieron hasta que un parcial de 5-0 para los norteamericanos puso el marcador en 22-20. Un auténtico órdago a las esperanzas e ilusiones brasileiras.

Brasil lo intentó, pero no pudo. Estados Unidos puso fin a su reinado en el Olimpo.

Ficha técnica:3 - Estados Unidos:

Ball (4), Lee (10), Priddy (12), Millar (11), Salmon (13), Stanley (20) y Lambourne (líbero) -equipo inicial-, Rooney y Hoff.

1 - Brasil: Marcelinho, Heller (9), Giba (14), André (9), Gustavo (13), Dante (15) y Serginho (líbero) -equipo inicial-, Bruno (1), Murilo (13), Rodrigao y Samuel.

Marcador: 20-25 (27 min.), 25-22 (30 m.), 25-21 (29 m.) y 25-23 (30 m.).

Árbitros: Ning Wang (CHN) y Bela Hobor (HUN).

Incidencias: Partido correspondiente a la final del torneo olímpico masculino de voleibol diputado en el Capital Gymnasium de Pekín ante unos 13.000 espectadores.