El balón se dividía, se perdía por el fondo, Ferrán se lanzaba en plongeon piscinero, resbalaba por la pista, derribaba las vallas publicitarias, la señora, elegantísima, educadísima, comedidísima, perdía el control, se despendolaba, se levantaba emocionada y mandaba al infierno 15 años de carmelitas: "Olé tus huevos, Ferrán".

Y así todo. Acababa el encuentro y la gente no se iba, quería más. En 72 horas se había recobrado el sabor de las noches mágicas del Cáceres CB y el público no quería desconectar. "¡Que salgan los toreros, oeó!", coreaba el respetable quieto en las gradas, ocupando toda la barandilla superior, estático en las escaleras... Y salían los toreros por segunda vez en la temporada, y se disparaban la serotonina, la adrenalina, las endorfinas y todas las sustancias del placer.

"Hoy voy a dormir estupendamente", reconocía un doble socio: del Cáceres y del Cacereño. Y después relataba su odisea: "Creía que lo del Príncipe Felipe ya estaba hecho, cuando, plas, gol del Jaén. Después, gol del Cacereño, pero yo no me fiaba. Aguanté hasta el último córner".

Tarde gloriosa de victorias y estrés. El partido del Multiusos comenzó con entrada pobre que se convirtió en buena a mediados del primer cuarto, cuando llegaron los del fútbol, algunos en chándal para correr la media maratón por Capellanías y por Nuevo Cáceres. Pero el esfuerzo por llegar a tiempo mereció la pena. Más que nada por oler la nueva fragancia del Cáceres CB: Eau de Salvation .

AL ESTILO DE LA ´BOMBONERA´

¡Cómo han cambiado las cosas en cuatro días! Asamblea, ampliación de capital, dos victorias seguidas, la banda se transmuta en grupo salvaje y lo que parecía una inversión ruinosa se ha convertido en un valor interesante para los tiburones .

En el pabellón ha vuelto a sonar el: "Oé, Caceré, Caceré". La afición entonó el "Caceré, plas, plas, plas, Caceré..." más largo de la temporada: duró todo un tiempo muerto, al estilo de la bombonera de la Ciudad Deportiva. Estos detalles nimios son las señales que esperan los accionistas y las instituciones para convencerse de que es rentable socialmente invertir en el Cáceres. Pero hubo más: el banquillo parece tener un resorte y los jugadores reservas botan sin parar en un perpetuo frenesí.

Item más: los titulares entrechocan sus pechos y sus manos y se lanzan cual posesos en pos de todo lo que parezca redondo (Orenga estuvo a punto de coger una boina azul cuando se retiraba). Las peñas han recuperado el espíritu de la batalla, olvidando el lenguaje de convención evangélica, y lideran la revolución de la grada. Y, en fin, hasta las señoras de educación carmelita han entrado en la vorágine y proclaman contundencias que lo dicen todo: "Olé tus huevos".