«Esto no es como empieza». El directivo Joaquín Espada, presidente hasta el pasado año, aún recuerda que hace dos años el Trujillo hizo una primera vuelta «de escándalo», pero él mismo apela a las cifras y, por supuesto, el descenso final para poner los pies en el suelo: 25 puntos en la primera parte de la temporada, con sonadas victorias como ante el Cacereño, y 9 en la segunda. En este año, el equipo que entrena Maxi Ovejero es finalista de la Copa Federación en su tramo extremeño y el primer partido liguero se ha saldado con un espectacular triunfo (1-3) en el campo del Azuaga.