Eran las nueve de la mañana e, insospechadamente, en el Complejo Deportivo de la Diputación de Cáceres, en el paraje conocido como El Cuartillo , se estaba produciendo un momento histórico. Por primera vez el Cacereño entrenaba en la que, si todo sale como se está trabajando, será su nueva casa para la temporada 2013-14. Un recinto con un césped mejor del que podía esperarse en principio, pero con muchos detalles todavía por solucionar para acoger partidos de Segunda B. El primero, el día 25 frente al Algeciras.

No en vano, allí se ha practicado poco fútbol desde su construcción, a mediados de los 80. Rugby y atletismo han sido sus disciplinas principales y ahora tendrán que hacerle hueco al balón redondo.

Los jugadores asistieron divertidos a la mudanza. Llevan un mes entrenando muy a disgusto en un césped del Príncipe Felipe que merece la cursiva: marrón, seco, abandonado a su suerte porque se estaba esperando a la luz verde de la diputación que esta semana se ha producido.

El terreno de El Cuartillo no es que sea un tapete perfecto, pero no está del todo mal. Tiene partes mejores y peores. La gran duda radica en saber cómo se adaptará a la convivencia entre el Cacereño y el CAR de rugby (y sus categorías inferiores), además de los rigores invernales. El run run en la ciudad de que el CPC volverá al Príncipe Felipe más temprano que tarde es inevitable.

En el nuevo santuario verde, ya con el de Las Capellanías cerrado a cal y canto, hay mucho trabajo que hacer en otros aspectos aparentemente pequeños, pero no intrascendentes. Para empezar, cada vez que haya partido habrá que introducir una grúa para quitar las porterías de rugby, principalmente los dos palos de 8 metros de alto que no son nada fáciles de mover.

Más sencillo resulta mover las porterías portátiles de fútbol, aunque hay que pintarlas y además sus fijaciones deben no sobresalir y tener el visto bueno arbitral para que no supongan un peligro.

También hay que pintar las líneas, que se hará en breve. Las medidas, dentro de la reglamentación, las elegirá el propio club, y estarán alrededor de los 97 metros de largo por 68 de ancho.

Después hay un aluvión de especificaciones, muchas de las cuales ni se ha decidido cómo solventar: el palco, la zona de prensa con sus correspondientes líneas telefónicas, las taquillas, el bar, la organización de la zona de aparcamientos... Faltan ocho días.

SATISFACCION Angel Marcos, viviendo estas últimas semanas su regreso a los banquillos, se mostró satisfecho tras el primer entrenamiento. "Las condiciones son mucho mejores que en el Príncipe Felipe. Lo que hemos hecho ha sido de más calidad. Siempre hay márgenes de mejora, pero creo que el equipo ha disfrutado más. A los jugadores hay que halagarles porque han soportado el Príncipe Felipe sin ninguna queja", dijo el técnico del Cacereño a pie de campo.

Sobre los otros aspectos, Marcos defendió que "con voluntad, todo se arregla. Los vestuarios son muy buenos, la sala de antidopaje también... El inconveniente va a ser el inconveniente de sacar a la afición de lo que ha sido su casa, pero hay que tomarlo con tranquilidad. Las cosas han venido así rodadas y hay que aclimatarnos".

Mientras, el Cacereño ultima la organización de un amistoso la próxima semana. Si no se encuentra un rival más potente, se enfrentaría a su filial, de Tercera División.