Parece que no pasa el tiempo para él. Se suceden las grandes citas y siempre está ahí, listo para hundir al rival en cualquier momento. Henrik Larsson (Helsinborg, 20-9-1971) es eterno. Cualquiera diría que ha bebido el deseado elixir de la juventud. Mañana, cuando tenga a Casillas en el punto de mira, seguro que recuerda su etapa en el Barça, en la que ganó dos Ligas y una Champions en dos temporadas. Los seguidores azulgranas tampoco le han olvidado. Veían en él al jugador modélico, el hombre que nunca se quejó y siempre cumplió, sobre todo en la final de París.

Cuando dejó el Barça tras el título europeo del 2006, parecía que el fútbol se había acabado para Larsson. Pero el leopardo sueco es un tipo competitivo y acudió a la llamada desesperada del Manchester, donde jugó cedido apenas tres meses. Dejó Old Trafford con un gol en su despedida y una ovación tremenda del estadio. Este último año ha mostrado su inagotable calidad en su país y el seleccionador no lo dudó ni un instante: "Si quieres, tienes un sitio con nosotros", le sugirió. Y Larsson empezó a hacer la maleta un minuto después.

El exazulgrana era ayer el hombre del día en la concentración de Suecia en Lugano, una glamurosa localidad a 400 kilómetros de Neustift, donde se hospeda España. Los escandinavos son lo únicos del grupo D que se alojan fuera de Austria. Tampoco han elegido la tranquilidad de las montañas. Han preferido una población lujosa con acento italiano.

Entre elogios

Ni siquiera el golazo de Ibrahimovic en el debut ha podido eclipsar a Larsson, el jugador más querido por la afición sueca. El veterano punta recuerda con cariño su etapa en el Camp Nou, pero prefiere hablar de la Eurocopa. De España. "Me parece la gran favorita del torneo. Están muy bien y será un partido muy difícil para nosotros", comentó el ariete, que comparó el dúo atacante español con el que forman Ibra y él en Suecia: "Villa se salió con tres goles y Fernando Torres está muy bien. Le he seguido mucho en la Premier esta temporada y está claro que ha progresado".

Lagerback recurrió a Larsson para levantar el ánimo de un país que no veía muy claras sus posibilidades. En principio, debía ser el revulsivo, el hombre que desatascara los partidos, algo parecido a lo que ocurría en el Barça. Pero las lesiones y su mentalidad de hierro le han colocado en el equipo titular, por delante de Elmander. Ante Grecia jugó los 90 minutos y espera repetir contra España. "El seleccionador me llamó y no lo dudé ni un momento. Aún me siento útil".

Después de disputar tres Mundiales y tres Eurocopas, es normal la influencia del delantero en la selección. El efecto Larsson es total. "Disfruto mucho con él, hace mejores a sus compañeros. Aunque tenga casi 37 años no importa. Tiene una gran categoría", dice la estrella Ibrahimovic. "Es un orgullo jugar con él. Es muy inteligente", añade Alexandersson. "Su regreso ha sido muy importante. Con él somos más fuertes", corrobora Mellberg, el nuevo central de la Juventus, que se las verá con Villa, otro lince del área.