El verano de 2020 se presentaba como una piscina de bolas para los amantes del deporte, con las celebraciones por todo lo alto de una Eurocopa y unos Juegos Olímpicos que, aún en los albores de la primavera, ven cuestionada su viabilidad por el avance de la pandemia del coronavirus. En dos reuniones que tendrán lugar este martes, una del Comité Olímpico Internacional (COI) y otra de la UEFA, se van a estudiar las medidas a tomar después de que la crisis del coronavirus haya hecho saltar por los aires todos los calendarios deportivos que iban a culminar en los dos grandes eventos estivales de 2020.

El final del camino son los Juegos Olímpicos, Tokio estaba destinado a ser la última parada para el trabajo de años de muchos deportistas y, pese a la confianza que muestran los máximos dirigentes de COI, está en entredicho la viabilidad de la competición.

El gran problema con el que se están encontrando los deportistas que aspiran a ser olímpicos es que las competiciones clasificatorias están siendo suspendidas, además de los impedimentos de tener que adaptar sus planes de entrenamiento a una cuarentena que está extendida por muchos países y que, como en España, tiene un final aún indefinido.

Las federaciones nacionales de muchos deportes, los comités olímpicos de cada país y miles de deportistas están expectantes ante lo que pueda decidir en primera instancia el COI, aunque las posibilidades de que se anuncie una medida drástica y definitiva son pocas. Desde el estamento olímpico transmiten que el principal objetivo es informar de la situación y reafirmar que los Juegos siguen adelante para mandar un mensaje unitario de esperanza y tranquilidad para el futuro, aunque sea con argumentos poco sólidos.

EL PROBLEMA DE LA EUROCOPA

El caso de la Eurocopa tiene muchas similitudes, y algunas diferencias capitales con los Juegos. Las decisiones a las que se tiene que enfrentar la dirección de UEFA este martes están condicionadas por la presión de casi medio centenar de ligas europeas que se han aplazado y que tienen que terminar sus campeonatos para satisfacer los contratos multimillonarios que tienen suscritos. Y en cabeza de todas, la gran liga europea, la Champions League, la competición que más dinero otorga a sus participantes y la que más cobra de la televisión, la madre del cordero de una apuesta económica anual que parecía invariablemente ganadora.

La organización de la Eurocopa en 12 sedes en diferentes países no ayuda y, ante la opción de que cualquier decisión se pueda poner sobre la mesa, desde las competiciones se está filtrando la posibilidad de atrasar el campeonato continental hasta 2021, para dar vía libre a las ligas en verano.

Otra vía de especulación es idear un nuevo final para la Liga de Campeones y la Europa League, entre las eliminatorias a partido único o una final a cuatro comprimida para ganar tiempo.

Desde La Liga se insiste en que la intención prioritaria es, ante cualquier escenario con la pandemia o con las decisiones de la UEFA, terminar de jugar La Liga esta temporada, a puerta cerrada o cómo se pueda. Desde la Federación son menos optimista, y en Las Rozas se contempla la opción de que no haya más partidos esta temporada en el fútbol español, aunque todo queda supeditado a lo que se decida en Europa.