El conflicto del baloncesto europeo sigue abierto. La FIBA rechazó anular las sanciones y las amenazas que pesan sobre clubs europeos y selecciones después de una reunión en Múnich de más de cuatro horas con los responsables de la Euroliga, encabezada por Jordi Bertomeu, y una comisión de clubs formada por Maccabi, Fenerbahçe, Olympiacos y Madrid, en la que hubo un acercamiento, pero que no encontró solución al conflicto por las competiciones europeas.

Las dos partes dejaron abierta la puerta a una nueva reunión, sin concretar fecha, para despejar la incertidumbre que pesa sobre todo en la participación de las selecciones, entre ellas la española, en los Juegos de Río ya que existe una amenaza de sanción si el recurso de la Federación Española no prospera. La FIBA pretende llevar adelante su propia competición.