CALAMONTE: Abdón; Mario (Mecherito, min. 75), Diego, Pity, Alex; Juanan Sancho (Juanfe, min. 58), Bernabé, Enrique, Carrasco, Ecija y Vilorta (Joselu, min. 48).

EXTREMADURA: Saavedra; Tomillo, Pereira, Carlos, Pozo, Curro, Ismael, Dieguito (Javi Pérez, min. 69), Ruano, Willy y José Manuel.

GOLES: 0-1: min. 15, José Manuel. 1-1: min. 30, Ecija. 1-2: min. 45, José Manuel.

ARBITRO: Moruno Gala. Mostró tarjeta amarilla a Bernabé, Carrasco y Enrique, por el Calamonte; y a Dieguito, Tomillo, Willy y Curro, por el Extremadura.

Decía el poeta bengalí Rabindranath Tagore que "aunque le arranques los pétalos en forma de gol y fases de juego ayer el cuadro local, no quitarás la belleza a la flor". Y es que se ponga quien se ponga por delante, el Extremadura termina siempre deshojando la margarita en forma de triunfo (1-2), con mención especial para el insigne jardinero del gol, el califa cordobés José Manuel.

Estaba escrito que iba a ser un duelo abierto, del regocijo de los amantes del fútbol ofensivo. Y desde el silbido inicial no defraudó. Dos remates lejanos del mago Vilorta y de Curro encendieron la llama en un coliseo calamonteño a reventar. Abdón se lucía ante Dieguito (m.5), Pereira peinaba sin rédito y poco después la puñalada azulgrana. Abdón y sus centrales se durmieron y allí apareció José Manuel para agujerear la red local. El gol hizo espabilarse al Calamonte. Y ello se tradujo en mayor posesión del balón y arrinconar a los de Juan Marrero. Bernabé dirigió la oleada blanca, cedió la bola sobre Vilorta y su pase atrás lo recogía Ecija como un bisonte para quitar desde la frontal las telarañas del marco de Saavedra (1-1).

Las aguas volvían a su cauce inicial y el choque entró en combustión. El caudal de ocasiones tuvo acento local. Y cuando las tablas parecían predestinadas hasta refrescar mentes y piernas, el mazazo. Curro en el banderín, balón al cielo y..., ¿dónde estaban los centrales ? Ni rastro, o al menos, no pudieron evitar que peinase José Manuel el segundo de su cuenta que resultó a la postre ser mortal de necesidad.

Arrancaba el segundo episodio y el mago Vilorta tuvo que decir adiós por circunstancias musculares. El viento soplaba favorable para el bando azulgrana.

El tiempo seguía su curso y pese a los intentos agónicos de los blancos por remontar, siendo ecuánimes estuvo más cerca el tercero ajeno en un testarazo de Willy que obligó a volar al arquero Abdón (m.91). Fin del debate y una nueva sonrisa para los de Juan Marrero, que vuelan firmes al liderato definitivo.