Uno de los últimos representantes que ha tenido el barcelonista Víctor Valdés, Gorka Arrinda, recordó ayer es el padre del portero azulgrana el que marca la estrategia en las negociaciones y que, en estos últimos años, han sido "muchos los cadáveres" que han "quedado por el camino". "No me sorprende nada. Es una sorpresa que está escrita", apuntó el exrepresentante al referirse a las tensiones que se están produciendo entre el club azulgrana y Valdés en las negociaciones para renovar el contrato del jugador, que expira en junio del 2010.

"Víctor tiene exclusivamente un único representante que es su padre. El padre es quien marca su trayectoria profesional. La influencia de su padre es absoluta". "Desde el primer contrato que se hizo con el Barça, tuvimos problemas. No vimos reconocido nuestro trabajo. Hasta el extremo de no volver a hablar nunca más con Víctor, ni saber nada de él. En cuanto él comunicó al club que no estaba con nosotros, dejamos de percibir nuestra remuneración por el trabajo que habíamos hecho. No cobramos en los últimos años de contrato", recordó.