«Rafa acabará siendo el mejor tenista de todos los tiempos. Es un gran campeón y un ejemplo para todos». Lo ha dicho Roger Federer. «El tenista perfecto», como le llama Rafael Nadal al hasta ahora considerado como el mejor. El suizo lo dijo hace unas semanas en Argentina, donde se encontraba en una gira de exhibiciones por Suramérica mientras en Madrid se disputaba la nueva Copa Davis de Gerard Piqué, en la que el actual número 1 mundial cerró otra gran temporada y lideró a España en la conquista de la sexta ensaladera.

¿Es Nadal el mejor tenista de la historia? La pregunta no gusta al propio Rafael. «Cuando acabe mi carrera veremos lo que he conseguido», dice el tenista balear, que siempre evita entrar en el debate. «De momento el mejor de la historia es Federer. Los números así lo dicen. Aunque Rafael está ahí, cerca», recalca Toni Nadal, su tío y entrenador hasta hace un par de años.

Si es por números, por récords o por títulos, Nadal está ya hace tiempo entre los mejores. Nadie lo discute sobre tierra. Ha roto todos los récords. Una docena de Roland Garros, 59 títulos y solo 39 derrotas desde que debutó en el circuito en el 2003.

Y si es por los resultados globales de su carrera, está ya muy cerca. Le falta un solo Grand Slam para igualar los 20 de Federer. Ya tiene el récord de títulos de Masters 1.000 con 35. Es el único tenista que ha ganado un título al año desde hace 16 temporadas (solo Djokovic aguanta el pulso con 15). Ha vuelto a ser número 1 por quinta vez (solo superado por Pete Sampras, seis veces) y lo ha conseguido como el más mayor, a los 33 años y 175 días (superando el récord de Ivan Lendl, que lo fue con 29 años y 27 días). El lunes sumará 201 semanas al frente de la clasificación de la ATP, aspecto que Federer lidera con 310 semanas.

La Copa Nadal

«¡MVP, MVP, MVP!», corearon sus compañeros de equipo en la cena de celebración de la victoria de España en la Copa Davis en la Caja Mágica. Tenían motivos. De la mano de Nadal conquistaron el título. Ganó los ocho partidos que jugó durante la semana. Cinco individuales sin perder un set y tres dobles con Marcel Granollers y Feliciano López de pareja. Fue la Copa Nadal.

Sergi Bruguera, el capitán del flamante equipo campeón, lo tiene claro. «Para mí sí, ya lo es. Está a un Grand Slam de Federer, pero ¿quién tiene 12 Roland Garros o 5 Copa Davis y dos oros olímpicos, además de récords inigualables? Es el mejor. Tenísticamente ha evolucionado lo increíble. Lo hace todo bien y, además, es muy buena persona, humilde y respetuoso», valora el bicampeón de Roland Garros (1993-94).

«Es muy difícil valorar quién es más bueno o mejor tenista, pero como deportista está entre los mejores del mundo, sin duda. Rafa es grande por todo lo que hace y todo lo que transmite en una pista. Cuando se retire quedará como uno de los más grandes del deporte mundial», dice Francis Roig, entrenador de Nadal junto a Carlos Moyà, y que le acompañó en la Copa Davis en Madrid.

Momento crítico

«Lo que ha hecho este año es una pasada», destaca el técnico catalán, que le conoce desde muy joven y ha estado a su lado en los buenos momentos y en los malos, de los que no se ha escapado tampoco este año, como cuando llegó hundido a la gira de tierra europea. «Estaba muy tocado, sin ganas de entrenar, decepcionado y falto de energía», recuerda el técnico. «En el torneo de Barcelona tocó fondo pero, de golpe, como quien habla con la almohada, tras perder con Thiem en semifinales, cambió. Ganó a Djokovic en Roma y volvió a sentirse capaz de todo».

Ni Nadal podía pensar que siete meses después de esa crisis acabaría el año como lo ha acabado. Por quinta vez número 1 mundial y tras ganar su 12º Roland Garros, el Abierto de Estados Unidos por cuarta vez y, como guinda, la Copa Davis que no jugaba desde hacía cinco años.

«Pondría la mano en el fuego por que será el mejor tenista de la historia. Lo veo en el mejor momento y seguro que seguirá así dos o tres años más, si no se lesiona», destaca Manuel Orantes, que convivió en el circuito con otros monstruos como Borg y Connors. «Los ha superado -dice el que fuera campeón del US Open en 1975 y del Masters en 1976-. Borg era excepcional. Durante muchos años fue imbatible, pero su mentalidad no era como la de Nadal. Lo dejó muy joven, cuando vio que llegaban jugadores como McEnroe y Lendl que podían ganarle», explica Orantes.

Un jugador reinventado

Para el extenista la evolución de Nadal «ha sido espectacular. El Nadal de ahora no tiene nada que ver con el que ganó su primer Roland Garros». Y Roig confirma esa opinión. «Rafa se ha reinventado. Está descubriendo cosas nuevas y disfrutando del tenis. Tiene mejor servicio, un golpe de revés que abre más la pista, ha mejorado el cortado y creo que aún le quedan cosas por mejorar», analiza Roig, que, por encima de cualquier dato técnico, destaca «su capacidad de entrenamiento». «Es brutal. Hasta que no logra su propósito no descansa», explica.

Nadal nunca habría pensado en conseguir lo que ha conseguido y menos en los últimos años. «Me dijeron que no podría jugar por la lesión del pie en el 2005 y después pensaba que mi carrera acabaría a los 30», decía tras ganar el último Roland Garros, consciente de esas lesiones que le han acompañado en su viaje de 15 años en la élite del tenis.

«El dolor es lo único que resta motivación a Rafael», apuntaba Toni Nadal, en una conferencia suya en la Feria del Empleo en Valencia hace unas semanas. «Trabajar para mejorar. Eso es lo único que está en nuestras manos». Esa ha sido la receta del técnico para el éxito. Y Nadal la ha seguido para ser el mejor de la historia.