Son dos de los equipos de moda en Extremadura. Y ambos de chicas: el Al-Qazeres de baloncesto, líder de la Liga Femenina-2, y el Arroyo, con un papel por ahora digno en su debut en la Superliga de voleibol. La conexión entre ambos es que varias de sus componentes han cultivado una gran relación de amistad que les ha llevado a apoyarse mutuamente.

La génesis del asunto puede encontrarse hace apenas un año. Javier Chacón, vinculado al baloncesto a través del Colegio San Antonio, colabora con el equipo de voleibol como enlace entre plantilla y directiva. Un buen día invitó a Vero Sánchez, alero del Al-Qazeres, a presenciar un partido. Y el espectáculo que se monta en el Municipal le fascinó. Le presentaron a las voleibolistas y entabló una muy buena relación con la mayoría, sobre todo con las dos brasileñas, Helen Silva y Flavia Lima, y con Bea Gómez.

Simbiosis

La amistad se extendió a otras baloncestistas y, desde entonces, cada vez que pueden, unas acuden al pabellón de las otras a apoyarse mutuamente. No siempre es posible, porque ambos clubs juegan como locales los sábados por la tarde, pero los vínculos se han fortalecido.

"Yo no tenía ni idea de voleibol y ahora me he convertido casi en una experta", cuenta Sánchez, muy orgullosa del entendimiento que mantienen ambas plantillas y de los buenos resultados que comparten esta temporada. "Casi todas las semanas vengo a Arroyo a verlas entrenar, y ellas también a Cáceres. Luego salimos a cenar y nos ponemos al día de todo", añade.

A la jugadora catalana el voleibol le parece más complejo que el baloncesto. "A algunas de las chicas del Arroyo seguro que les da bien nuestro deporte. A Helen le regalé una equipación y a veces se la pone. Quizás si se nos lesiona alguna pívot pueda venir a echarnos una mano", bromea. A las voleibolistas por lo general les resulta excesivo el contacto que hay en el basket, pero nunca se sabe.