Lo más sencillo sería acordarse de Enric Gallego después del último mes y medio de competición del Extremadura. Un gol desde que se fue el catalán ha marcado el cuadro azulgrana en seis partidos. Sería lo sencillo y recurrente acudir a los datos para hacer un análisis superficial del mal que está lastrando al Extremadura. Pero en un análisis más reflexivo y profundo, los males del Extremadura que lo tienen abocado al descenso están más repartidos. Después de doce fichajes en el mercado invernal, el plantel no ha mejorado el rendimiento del anterior al de enero. Ni en juego ni en resultados. Ni con Rodri ni con Vílchez. Y lo peor es que ayer jugó el equipo tipo llamado a revertir la situación. En casa, con el alma de la afición llenando el Francisco de la Hera y con un Numancia que hizo lo justo para llevarse los tres puntos. Lo justo que es saber competir y dominar los partidos, algo que para el Extremadura está, a día de hoy, a años luz.

Con este panorama, el Extremadura necesita otro de esos milagros a los que ha estado acostumbrado en los últimos años para revertir esta situación, aunque esta vez multiplicado a las exigencias del fútbol profesional. Eduardo Vílchez, que ayer tenía la prueba de fuego para saber si podría tocar alguna tecla distinta a la de Rodri, tampoco surtió efecto. Sacrificó el doble volante clásico sentando a Zarfino, dándole pelota Olabe y libertad a Reyes por el centro. Pero al Extremadura le faltan muchos más argumetos, sobre todo en ataque, donde ni Ortuño ni Schahin le dan, de momento, goles.

El primer acercamiento con peligro del Extremadura terminó con con un penalti reclamado sobre Perea. La fortuna con los colegiados tampoco se alía con los azulgranas, aunque escudarse sólo en los árbitros sería tapar los innumerables defectos de este equipo.

En una buena jugada triangulada entre Alex Díez, Reyes y Ortuño llegó el primer disparo de éste último. Flojo y al centro. Fácil para Juan Carlos. Respondió el Numancia con un disparo lejano de Nacho que se marchó desviado. Luego fue Escassi el que remataría algo en posición muy forzada.

El Numancia, cuando tocaba en el centro del campo, superaba líneas en el Extremadura y el gol no tardó en llegar. En un cambio de juego milimétrico, la pelota llegó a Nacho que se sacó un misil al palo, el rechace, tras varios rebotes, quedó franco a Fran Villalba, quien entre una maraña de piernas, ajustó perfectamente la pelota al palo corto de Casto. Inapelable. El gol dejó tan tocado al Extremdura que tuvo que dejar pasaro los minutos hasta el descanso para saber cómo reaccionar.

En la segunda parte, los de Almendralejo se estamparon una y otra vez con el orden y criterio de un Numancia práctico que demostró ser un conjunto con hechuras claras de Segunda División.

Ortuño tuvo otra ocasión con un disparo seco que paró Juan Carlos antes de dejar paso a Schahin. Luego lo intentó Zarfino con otro disparo seco arriba. Los centros de Pomares y Alex Diez por los costados no encontraron rematador. Y cuando el Extremadura encontró portería, el árbitro anuló un gol a Zarfino por riguroso fuera de juego.

La imagen de impotencia del Extremadura ante el Numancia preocupa a la grada. Es cierto que quedan partidos, pero la sensación es, más que nunca, de un quiero y no puedo.

EXTREMADURA 0

NUMANCIA 1

3Gol: 0-1 Fran Villalba, min.33.

3Árbitro: Ais Reig (valenciano). Amonestó con amarilla a los locales Pardo, Nando y Kike Márquez; y al visitante Guillermo.

3Estadio: Francisco de la Hera.

3Espectadores: 10.800.

3Incidencias: Partido de la vigesimo séptima jornada de Segunda División.

3Extremadura: Casto; Alex, Pardo, Granero, Pomares, Tienza (Zarfino, minuto 63), Olabe, Perea, Reyes (Kike Márquez, minuto 72), Nando, Ortuño (Schahin, minuto 55).

3Numancia: Juan Carlos; Escassi, Ganea, David Rodríguez (Guillermo, minuto 84), Nacho, Derik (Yeboah, minuto 75), Gutiérrez, Medina, Gus Ledes, Fran Villalba, Diamanka (Kako, minuto 69)