Tras cinco partidos sin perder y después de renacer de sus propias cenizas, como si del ave fénix se tratase, el Extremadura entrará en el año 2004 cargado de ilusión y esperanzas en lo deportivo, aunque con más de una duda en lo económico. El drama financiero persigue a la entidad almendralejense en plena revolución deportiva de los jugadores de Cisqui, que han devuelto la ilusión a la gran afición azulgrana.

Habrá que confirmar expectativas y mantener los pies en el suelo sin perder la perspectiva del objetivo. Pero habrá que seguir mirando de reojo a unas cuentas que siguen sin salir y que mantienen, a un club que estuvo hace poco en Primera, contra las cuerdas. Los dirigentes prometen soluciones inmediatas.