Samir Rico hacía ayer de tripas corazón mientras esperaba entrar en la consulta del traumatólogo en la mutualidad. Confirmada su lesión, "rotura de peroné a altura del tercio discal, unos 10 centímetros por encima del tobillo" tal y como confirmó el fisioterapeuta del Extremadura Félix Fernández, aguardaba conocer el tiempo que estará alejado de los terrenos de juego y si es necesaria o no la intervención quirúrgica. Todo apunta a que tendrá que pasar por el hule y que los tres meses no se los quita nadie. Para Samir la temporada terminó ya desgraciadamente.

Y es una pena porque "mi ilusión era ayudar todo lo posible en esta definitiva recta final de la temporada. Nos estamos jugando mucho y siempre tienes la sana intención de prestar toda la ayuda posible. Pero va a ser que no", decía Samir intentando poner la mejor cara a mal tiempo que llegó el pasado domingo.

No fue lo único que se le vino encima. Recuerda la jugada y dice que "me llegó un balón de Jorge Zamora y ya pude ver que venía muy fuerte. Me di la vuelta y sentí como las piernas chocaban y se cruzaban. Luego me cayó encima y... Una lástima".

Samir no cree que hubiese voluntariedad en la entrada de Carlos Abela, curiosamente un extremeño que juega en Melilla. Todo lo contrario, advierte que "enseguida se puso en contacto conmigo y me dijo que estaba muy jodido con mi lesión. Que por supuesto no había habido intención y que nunca le pasó eso en toda su carrera deportiva". El canterano azulgrana piensa en positivo y lo que quiere es "empezar la nueva pretemporada lo antes posible".