Hay una sensación agridulce durante estos días en torno al Extremadura. Por un lado, una alegría repleto de alivio, tranquilidad y felicidad de saber que los azulgranas volverán a competir el próximo año en el fútbol profesional y que lo que parecían ser finales agónicas del mes de junio se han convertido en partidos de relajación para los corazones de la grada. Pero, por otro lado, no desaparece aún el matiz de tristeza y conmoción del recuerdo de José Antonio Reyes, quien desde el cielo ya puede ver cómo luce la puerta 19 del Francisco de la Hera con su nombre y un mural precioso de imágenes suyas.

Con esa «alegría contenida» de la que habla Manuel Mosquera, el Extremadura echa el cierre hoy a la temporada recibiendo en el Francisco de la Hera al Mallorca, un equipo que jugará playoff de ascenso en su vuelta a Segund División y que, salvo resultados inesperados, terminará quinto la temporada, motivo por el que ha dejado a varios de sus titulares en casa.

Manuel Mosquera, cuya competitividad no conoce límites, aseguró ayer que para el Extremadura sigue siendo un partido «muy importante» y destacó que no es lo mismo quedar en el puesto 15 que en el 12. «Cuando fuimos a Cádiz ya teníamos el reto de pasar de los 50 puntos. Y me hizo muy feliz. Ahora queremos quedar el duodécimo». Para ello, el Extremadura debe ganar hoy al Mallorca y esperar a que Las Palmas no gane al Numancia en Soria.

Para este encuentro, el Extremadura ha cancelado todo tipo de celebraciones o concursos que suele hacer durante los partidos en recuerdo a José Antonio Reyes.

Sobre el césped, Manuel avisa de que habrá nuevos cambios en el once inicial. Olabe, Schahin, Nando y Zarfino, lesionados, se pierden el encuentro. El uruguyo tiene molestias a causa de una leve fascitis plantar y «aunque él quiere jugar siempre, creemos que lo mejor es que ya se recupere al cien por cien», indicaba ayer Manuel. Es probable que hombres como Aitor Fernández, Capel o Javi Álamo tengan opciones de ser titulares.

La plantilla del Extremadura completó ayer su última sesión de entrenamientos de la temporada. Lo hizo en un ambiente distendido y relajado, atisbando el verano, «aunque hasta que no pita el árbitro el final, no hemos acabado», recordaba Manuel.

La afición asistirá en masa al partido para agradecerle a sus jugadores el enorme esfuerzo durante la temporada, especialmente con una segunda vuelta de ensueño que ha permitido que la LFP continúe un año más en Almendralejo.