Dos puntos de los últimos quince en liza ha desatado un mar de dudas en el entorno del Extremadura que lleva varias semanas instalado en puestos de descenso. Aunque el empate en El Ejido fue considerado como «positivo» por el técnico Diego Merino, parte del entorno (incluida la directiva) cree que el cuadro azulgrana pudo ser más productivo y haberse llevado la primera victoria como visitante. «Empatar fuera de casa siempre es bueno para un equipo que busca la permanencia. Ahora toca hacernos fuertes en casa», decía el entrenador en tierras almerienses. Sin embargo, es en el Francisco de la Hera donde está volando los puntos y el balance de 6 de 24 en liga es un bagaje de números de descenso.

El propio Diego Merino es consciente de que la situación, a nivel clasificatorio, es compleja y por eso no duda en señalar que «ante La Roda tenemos una final», la primera anticipada para un equipo que desde la eliminación en Copa no levanta cabeza.

El crédito del entrenador se agota y no sacar el triunfo el domingo (18.30 horas) le pondría en una situación muy delicada. El presidente, Manuel Franganillo, prefiere ser optimista, aunque no esconde que más resultados negativos le obligarían a tomar decisiones para revertir la dinámica derrotista.

Preocupa la falta alarmante de oportunidades y la escasez de gol (sólo uno en los últimos tres partidos). Para el próximo envite Merino espera recuperar a Willy, tras su corte en el pómulo, pero perderá un jugador clave como Ismael Barragán, que vio la quinta amarilla en El Ejido. H