Aunque Ortuondo no es amigo de hacer distingos, el pasado domingo se refirió a Samir como "el futbolista de cuantos tenemos en la plantilla con futuro más prometedor". Lo adornó con lo mucho que espera de él y lo que le agrada su rol. El flamante capitán del Extremadura volvía a ser titular cinco meses después de su gravísima lesión en el estadio Alvarez Claro de Melilla.

Tras 22 semanas de duro calvario el jugador se siente "tremendamente feliz por poder volver a serle útil al equipo" al tiempo que "agradecido por la confianza que Iosu deposita en mí". Con todo, "aún no estoy al cien por cien, hay que seguir mejorando. Que el pasado domingo pudiera hacer un buen partido no significa que no tenga molestias aún que me impidan un óptimo rendimiento. Pero estamos en el camino y lo peor ya pasó".

Preguntado sobre qué le ocurre al Extremadura en los partidos de casa explicó que, "aunque es difícil dar con la respuesta exacta, creo que hay dos factores que juegan en contra nuestra. El equipo tiene muchas ganas de agradar a la afición y de hacer cosas, y esa presión añadida es negativa, y el lamentable estado del terreno de juego no beneficia para nada a nuestro fútbol".