La vida de Andrés Agudelo Barco (Herrera del Duque, 1999), único extremeño en la selección sub-19 que estará de concentración los próximos días en Villanueva de la Serena y Navalmoral de la Mata, ha sido un no parar en los últimos dos años y medio.

Todo se precipitó en 2015, cuando decidió solicitar una prueba con las categorías inferiores de uno los clubs más potentes del fútbol sala mundial: el Inter Movistar. Los responsables técnicos no tardaron en advertir su inusual desparpajo, subrayaba ayer la página oficial de la Federación Extremeña de Fútbol.

Por aquel entonces, el herrereño era cadete de segundo año y ya había conquistado varios títulos a con el extinto Fair Play FS, el equipo de su localidad donde militó desde los 7 años de edad hasta los 14. Andrés llegó a la capital de España y se instaló en una residencia de jóvenes futbolistas. A base de trabajo, el extremeño, que se desempeña como ala o cierre, fue escalando niveles a una velocidad vertiginosa. Del cadete de segundo año pasó al Juvenil B, y de ahí al División de Honor y al filial en apenas dos temporadas.

El colofón a esta meteórica trayectoria se produjo el pasado 6 de noviembre, cuando fue convocado con el primer equipo para el partido de liga contra el Cartagena en el que finalmente no llegó a debutar. Andrés ya había entrenado con Ricardinho y compañía, pero en esta cita mostró las grandes esperanzas que el club de Torrejón de Ardoz tiene depositadas en el extremeño.

Sin apenas tiempo para digerir su salto al primer equipo del Inter Movistar, el jugador de Herrera del Duque recibió el pasado lunes otra grandísima noticia al ser convocado con la Selección Española Sub-19 para la disputa de dos partidos amistosos ante Francia en Villanueva y Navalmoral. El teléfono de Andrés echó humo. Multitud de familiares y amigos se pusieron en contacto para dar la enhorabuena y avisar de su presencia en las gradas. La felicidad fue máxima. Un debut soñado y además en Extremadura, la tierra de sus amores a la que, según reconoce, viene menos de lo que desearía.

Compagina sus obligaciones futbolísticas, que le mantienen muy ocupad, con la preparación de un curso de monitor de campamento. «Al final solo puedo bajar a Herrera en las fechas clave», confiesa. El domingo Andrés tendrá una opción extra de visitar su comunidad cuando se concentre a las órdenes del seleccionador, Fede Vidal, para disputar dos amistosos en los que espera dar lo mejor de sí mismo.