Luis Barroso colgará durante quince días la corbata y el traje para sudar la camiseta en el Rally Dakar y convertirse así en el primer extremeño que participa compitiendo en esta trepidante carrera que arrancará en Lisboa el próximo 6 de enero del 2007. "Es el mejor regalo que los Reyes Magos me podían hacer. De pequeño ya sentía la llamada del desierto y ahora veo que el sueño de mi vida es una realidad".

Luis vive en Moraleja y dirige la sucursal de una entidad bancaria desde hace años. Entre préstamos y tipos de interés, aún tiene tiempo de preparse para competir en el Dakar como copiloto en un camión junto al piloto Jesús Morán y el mecánico Jorge Sanz. Todavía le parece increíble que un equipo, patrocinado por la firma Burn, del grupo Coca-Cola, se haya acordado de él para participar en la "carrera más dura y peligrosa del mundo". Reconoce que el Dakar es todavía más difícil subido en un camión unas 16 ó 17 horas diarias. "La prueba es más complicada psicológica que físicamente, no hay comodidades y el camión no tiene asistencia. Durante la carrera parece que uno de alimenta de adrenalina", aseguró emocionado recordando otras pruebas que se han disputado en Africa y en las que él participado.

Para Barroso ha comenzado la cuenta atrás. Partirá de Madrid en caravana con el resto de inscritos españoles y después de paradas en Lisboa y Málaga, tendrá la oportunidad de demostrar de lo que es capaz como copiloto a través de los espacios más recónditos de Marruecos, Mauritania, Malí y Senegal. "La organización es cosa del copiloto que se encarga de permitir que el piloto se centre en la conducción, del rumbo y de que el mecánico descanse lo máximo posible". Sabe que la carrera es peligrosa, pero para Luis el riego de accidente es lo de menos, "lo peor es una avería o que un robo ponga en peligro tu integridad". Barroso espera que su equipo sea el primero del grupo de camiones españoles en atravesar la meta. Ahora se prepara para responder a la llamada del desierto.