Ha bastado el anuncio de la FIA de prohibir los mapas de motor de clasificación desde la próxima carrera en Bélgica para que Mercedes se haya plegado y, ahora, sí, firme el Acuerdo de la Concordia, ese gran contrato entre los equipos, la F-1 y la Federación Internacional, que, entre otras cosas, marca el reparto entre las escuderías de más de 1.000 millones de euros al año. Ferrari seguirá disfrutando de un bonus de 40 millones más que ningún otro, pero Mercedes no necesita ese plus económico para seguir ganando. Hoy mismo dominó a placer con Lewis Hamilton y Valtteri Bottas, las dos sesiones de entrenamientos libres del Gran Premio de España sin utilizar mapas especiales de motor.

LA AMENAZA HA HECHO EFECTO

"Necesitamos tener un equipo en F-1 a coste cero para la empresa, había advertido Olla Kalenius, presidente del consorcio Daimler, al que pertenece Mercedes y su equipo de F-1. Con el tope presupuestario de 145 millones de euros a partir del del próximo año, ese objetivo estaría muy cercano con el reparto de ingresos que plantea el nuevo Pacto de la Concordia. Cercano pero no posible, porque ese nuevo pacto mantiene la vieja consideración hacia Ferrari: un plus de 40 millones más que el resto por ser el único equipo de F-1 que se mantiene en la parrilla desde 1950. El mandato del presidente del consorcio invitó a Toto Wolff, director del equipo de F-1. a plantarse ante la firma del acuerdo. Era la única escudería que no estaba dispuesta a firmar debido a la prebenda con Ferrari. Pero el resto de las escuderías necesitan ese acuerdo para cuadrar sus presupuestos.

La ofensiva hacia Mercedes comenzó con la denuncia de Renault, respaldada por Ferrari y otros equipos, sobre el conducto de frenos de Racing Point, a los que acusaban de haber clonado los diseños de Mercedes en 2019. El castigo de la FIA fue una multa económica y la perdida de 15 puntos en el Mundial de constructores. Pero Renault y Ferrari apelaron, y en su recurso, situaron la mira en la propia Mercedes por facilitar esos diseños a Racing Point. Pero Mercedes seguía sin aceptar la firma del Pacto de la Concordia. Hasta que la FIA entró en acción y ha anunciado la prohibición de los mapas de motor especiales para la clasificación y en momentos puntuales de la carrera, una de las grandes armas de Mercedes para dominar el campeonato.

Y entonces sí, Toto Wolff ya busca el bolígrafo para firmar el Pacto. "He cambiado mi opinión. Hemos decidido seguir adelante. He tenido algunas negociaciones muy constructivas con Chase Carey (presidente de FOM) durante el último fin de semana, y la mayoría de las aclaraciones que queríamos lograr han sido discutidas, dijo el jefe de Marcedes a mediodía, durante la rueda de prensa de jefes de equipo que tiene lugar entre las dos sesiones libres.

HAMILTON, SERENO

La complejidad de las distintas configuraciones de motor hace muy difícil que la FIA pueda garantizar el cumplimiento de todas las normativas relativas a los motores en momentos puntuales de cada evento, explica el comunicado de la FIA a las escuderías. Ese mapa especial de motor ha permitido dominar las clasificaciones (más del 70% de las poles desde 2014) con un chorro de potencia extra an las dos vueltas clave de la Q-2 y la Q-3. Ese mapa es utilizado también por los pilotos en algunas vueltas clave de la carrera para ejecutar algún adelantamiento estratégico o defender una posición.

La prohibición es un mensaje de Ross Brawn (director técnico de la FOM y máximo responsable en la sombra de las decisiones técnicas de la FIA en relación a la F-1) a Mercedes: o firman o vendrán más cambios para acabar con su dominio. Es evidente que lo que se busca es frenarnos. Pero no creo que obtengan el resultado que buscan. No creo que vaya a suponer un gran cambio, mantiene Lewis Hamilton. El gran cambio es que Mercedes firmará el Pacto de la Concordia.