Visten de verde y se conocen, algunos, desde hace más de diez años. No todos son del mismo lugar, pero casi ninguno de ellos es de más lejos de 50 kilómetros a la redonda. El jefe, antes de ser general, fue soldado raso y peleó en cientos de batallas junto a los que hoy adiestra. No conciben el fútbol como una profesión, sino más bien como un juego para pasarlo bien. Son protectores y solidarios. Y han convencido, de una vez por todas, a quienes tienen que alentarles a su alrededor. Les hablamos del Moralo, un club que juega en Tercera y que, como equipo, bien podría parecerse a una familia de jugadores. Sin estar en las quinielas de favoritos, han logrado ocho victorias en ocho partidos. Amenazan la cifra del ‘Súper Arroyo’ de la temporada 2011-2012, que logró 10 triunfos de inicio. Pero claro, con una gran diferencia. Mientras aquel equipo se cimentó a base de talonario, éste lo ha hecho a base de sentimientos. Por encima de todo.

Después de despertar el reconocimiento de toda la región, el Moralo ya retumba su eco por el escenario nacional. Junto a FC Barcelona (Primera) y SD Logroñés (Tercera) son los tres únicos equipos que han ganado todos los partidos jugados en categoría nacional. Algo que está sirviendo para reconocer el mérito de un equipo que sólo habla en el césped.

«Esto era impensable. Estamos viviendo un sueño. Hicimos un equipo para mejorar lo del pasado año, pero ni por asomo para estar entre los cuatro primeros y, ni mucho menos, para ser líderes». Es Emilio Gil, su entrenador, quien recuerda que el Moralo suma 24 puntos, casi la mitad de los 52 con los que acabó la liga el año pasado. Todo en sólo ocho partidos.

Los del Campo Arañuelo renovaron un total de 14 jugadores y repescaron a Rulo, Pintado, Jorge Cano y Dani, que volvían tras su periplo en Coria. A ellos se les unió un ramillete de Talavera y hace semanas el gambiano Ensa, que tras jugar en Letonia soñaba con pisar suelo español.

Emilio Gil tiene claro que «aquí el buen ambiente es esencial. Todos se conocen muy bien y como bien decís en la radio, para muchos veteranos es la última gran oportunidad de hacer algo bonito en sus trayectorias». Habla, por ejemplo, de Yoni, el gran capitán y pichichi de la liga con 7 goles. El de Jaraiz ya jugó en Segunda B precisamente en el Logroñés, pero de aquello ya ha llovido.

Su excelente momento de forma casa con el de su hermano, Sergio Gómez, que es el auténtico cerebro del equipo. «No me explico cómo ningún gran equipo de la región les ha brindado alguna vez una oportunidad», se pregunta Emilio Gil, quien confiesa «es un privilegio tenerlos».

La solidaridad es otro de los conceptos claves. «El otro día, Rulo pudo hacer su séptimo gol y ser pichichi y se lo regaló a Yoni. Esos pequeños detalles dicen mucho de este equipo».

Faltaba en Navalmoral de la Mata enganchar al público para hacer del proyecto una gran familia. Y el pasado jueves fueron más de 1.000 personas los que vieron en directo la goleada ante el Atlético Pueblonuevo. Alcanzar el récord del Arroyo es otro reto a corto plazo de los moralos, que visitan el domingo, precisamente, al cuadro arroyano.

La última vez que el Moralo jugó playoff fue en 2005, con David Salvo en el banquillo. Y su último año en Segunda B fue en 2002, con Miguel Ángel Iglesias. En la familia no piensan en más allá. De momento, se conforman con seguir disfrutando.