Antes era carnicero. Pero hace ya muchos años que vive el fútbol desde que se levanta hasta que vuelve a caer presa del sueño. Francisco Javier Diosdado García, Cisqui (Almendralejo, 11 de enero de 1968), vive por y para el fútbol. Por el día, con sus niños de la Academia Extremadura UD (más de 600 si se tienen en cuenta a los chavales de la cantera azulgrana); cuando cae el sol, con sus chicos del Aceuchal, revelación de la Tercera extremeña y que después de siete jornadas ocupa la segunda posición empatado a puntos con primero y tercero, Villanovense y Coria.

No hay ningún secreto tras el éxito del Aceuchal. Solo son un equipo con todo lo que ello implica, dice el técnico: solidaridad, ilusión, ganas de mejorar día a día, trabajo, trabajo, trabajo... «Somos una familia, pero una familia de verdad», espeta Cisqui, «desde la junta directiva, que siempre ha mantenido la confianza incluso cuando las cosas iban mal, muy mal, hasta el chico que nos ayuda en los entrenamientos, sin el que no podríamos hacer nuestro trabajo como lo hacemos».

Está maravillando el Aceuchal desde la primera jornada, cuando dejó en la lona y muy tocado al Cacereño, hasta que el pasado domingo superó «sufriendo mucho» al Montijo. Por el camino se ha impuesto también a Coria, Calamonte y Plasencia. Un empate le sacó el Valverdeño y solo el Moralo puede presumir de haberle ganado. Este domingo recibe al Fuente de Cantos, el otro equipo revelación de la temporada (es sexto).

Es el Aceuchal un equipo que mezcla mucha juventud con un puntito de veteranía. «Creo que tenemos un poquito más de calidad que la temporada pasada», indica Cisqui, que tiene ahora en sus filas a jugadores que él mismo ha formado y ha visto crecer en el CP Almendralejo.

Sus jugadores son mecánicos, albañiles, algún comercial de productos cárnicos, vendedores de coches, un profesor que solo puede participar en los entrenamientos de los viernes, estudiantes... A todos Cisqui les repite una y otra vez la importancia de mantener los pies en el suelo y les recuerda que son un equipo hecho para mantenerse. No olvida la temporada pasada, cuando vivieron un inicio similar (aunque solo de cuatro jornadas, ahora van siete) y acabaron sufriendo para mantener la categoría. «Nos pasamos cuatro meses sin ganar un partido. Y la directiva nunca dejó de confiar en nosotros», rememora el preparador. Entre las jornadas 5 y 22 el Aceuchal solo sumó siete puntos en siete empates, aunque después reaccionó. «Sufrimos hasta la última jornada».

El objetivo vuelve a ser la permanencia, llegar cuanto antes a los 40-42 puntos que históricamente suelen dar la permanencia. «Lo que estamos haciendo de momento es como ir guardando en una hucha que después podremos utilizar si nos hace falta, para cuando lleguen las vacas flacas». Pero de momento la hucha no se toca. El Aceuchal quiere que el sueño dure un poco más.