Martín Fariñas, director deportivo del Cáceres, dijo ayer que desconoce que exista mal ambiente en la plantilla, entre insistentes signos de ello como la fuerte discusión que protagonizaron Ferrán López y Gabriel Muoneke en el descanso del partido del domingo ante el Manresa. Ambos jugadores, entre reproches subidos de tono, tuvieron que ser calmados por sus compañeros.

El incidente, confirmado por fuentes del propio vestuario a este diario, se encuadra dentro de una situación en la clasificación que Fariñas reconoce abiertamente como "difícil, aunque no menos difícil que la que existía hace dos semanas".

"Como en cualquier empresa, puede haber diversidad de opiniones dentro de ella. Lo importante es que dentro de la diversidad pensemos todos en lo mismo", declara.

TRANQUILIDAD

Fariñas huye de cualquier tipo de alarmismo. "Dependemos de nosotros mismos", insiste el extécnico verdinegro, que considera que el equipo aún tiene tiempo para remontar el vuelo, pese a que de los últimos siete partidos solamente haya ganado uno.

En cualquier caso, estima que los dos encuentros que llegan ahora y que se disputan en casa (frente a Casademont Girona el jueves y Caja San Fernando el domingo) no tienen por qué ser decisivos. "Jugaremos y veremos qué otros resultados se han dado y cómo quedan nuestras posibilidades", argumenta.

ALREDEDOR DE HUSSEIN

Preguntado si Manolo Hussein es cuestionado en su puesto, Fariñas responde que "como cualquier persona pública está expuesto a la opinión general" y destaca que "es nuestro entrenador y él y los jugadores son los que tienen que sacar la situación adelante".

Respecto a los refuerzos, niega que hayan existido contactos con José María Panadero, escolta cacereño del CAI Zaragoza, o su agente, Paco López, pero asume que "se está buscando un jugador que pueda ayudarnos, porque nos hemos quedado sin Petrovic". Aún así, sostiene que "el club tiene ahora problemas más importantes que ése".