Sobre Jacinto Carbajal siempre ha habido una broma algo maliciosa: se maneja mejor con plantillas cortas, de poca rotación, que con equipos largos, en los que tenga que cuidar del ego de una decena de jugadoras que se crean merecedoras de muchos minutos. Si se cumple ese razonamiento, el entrenador del Al-Qazeres estará a gusto esta temporada: su club le ha fichado a apenas siete profesionales, a las que habría que añadir a las chicas de la casa, extremeñas todavía en progresión.

Es toda una elección: repartir la mayor parte del dinero en un núcleo principal al que entregarle la vida o la muerte, la salvación o la permanencia. Eso conlleva, claro, haber acertado en todas y cada una de ellas, y, claro, esperar una aportación muy precisa del resto, tanto en el día a día como en los partidos, cuando se le necesite.

Y eso que a última hora ha llegado una profesional más, la bosnia Irena Vrancic, con un contrato temporal y a la espera de cómo vaya la recuperación física de otra base como Mariona Martín, lesionada la pasada temporada de larga duración, al igual que María Romero.

Vrancic se repartirá la dirección con la portuguesa Carla Nascimento, cuyo peso específico dentro y fuera de la cancha es difícilmente discutible. A ambas no se les exige tanto anotación como que hagan llegar el balón en buenas condiciones a sus compañeras.

Potencia de fuego

En el Al-Qazeres también cruzan los dedos para que las dos cañoneras norteamericanas que ha fichado para las alas, Ameryst Alston y Pamela Rosanio, aguanten bien la minutada que seguro que van a jugar. Ambas, sin experiencia en España, han dejado buenas sensaciones en la pretemporada, con el valor añadido en el caso de la segunda que no ocupa plaza de extracomunitaria. Elena Corrales, la voluntariosa exterior canterana, es por ahora la única alternativa para ambas.

¿Y por dentro? Quizás sea lo que mejor pinta tenga: Duby Dacic con sus 2,02 de estatura es singular, intimidante, y sabe jugar; Miriam Forasté llega con unas ganas locas de reivindicarse tras un año en el que pasó de internacional a reserva; Julie Forster garantiza rebotes y brega sin fin y Silvia Romero, choque y compromiso. H