Continúan los movimientos para resolver cómo pueden terminar las distintas competiciones de fútbol de Segunda B hacia abajo. Ayer, la Federación Española (RFEF) tuvo una reunión telemática con las distintas territoriales en la que cada una de ella expuso sus distintas posturas.

El organismo que preside Luis Rubiales quiere apoyarse en sus ‘delegaciones’ para que se adopten las mejores soluciones posibles, aunque se es consciente de que siempre va a haber alguien que se sienta perjudicado. En todo caso, se desconoce ni tan siquiera cuándo podrán volver a jugarse partidos, aunque lo que es prácticamente seguro es que lo harán sin público en las gradas en una primera etapa.

También ayer el Badajoz expresó su postura contra la propuesta de la RFEF que le dejaría fuera de la lucha por subir a Segunda División «premiando a unos y no a otros». Lo hizo a través de un largo comunicado en el que acepta que la temporada regular no se puede concluir ya y llega a proponer la creación de una categoría intermedia entre Segunda y Segunda B.

Reitera que está en contra de una Segunda B de 98 equipos en la temporada 2020-21 al no producirse descensos y sí 18 ascensos desde Tercera: «Entendemos que se devalúa la competición (...). Vienen tiempos difíciles y debemos actuar con rigor y altura de miras para proteger a aficionados, clubs, jugadores…».

Lo que pone encima de la mesa es la creación de una categoría «para poder afrontar desde una estructura piramidal y sólida los problemas que surgirán después de esta maldita pandemia. Podría hacerse con 18, 20, o incluso 40 equipos, en un solo grupo o dividido en dos grupos (norte y sur), todo en función del número de clubs que se incorporen (...). Una vez que se entra en modificar la estructura de la categoría, pensamos que es necesario hacerlo desde la raíz y no con parches que tapen los intereses de unos u otros». Sobre el playoff de ascenso ve que «el sistema más justo y atractivo sería una liguilla con cuatro grupos de cuatro equipos en la que subirían los campeones».

EL TRUJILLO // Por su parte, el Trujillo, que jugaría el playoff de ascenso a Segunda B si se usa el criterio de valorar la última clasificación en la que los equipos hayan jugado igual número de partidos, al ser cuarto en la decimonovena jornada, lo recibiría como «un premio inesperado», según su presidente, Benigno Aza. Eso sí, confiesa que «tendríamos muy complicado afrontar algo así a corto o medio plazo. Solo disponemos de siete jugadores del pueblo, el resto son de lugares muy diversos, incluso Brasil o Argentina. Reunirlos para entrenar y jugar, aunque se dieran las condiciones, sería un lío». Además, rememora la pretemporada pasada en la que hubo que hacer un equipo con prisas para afrontar la eliminatoria previa de Copa: “Nos costó mucho dinero, situaciones desagradables y problemas que hemos arrastrado y no me gustaría volver a pasar por algo parecido. De todos modos, ahora lo importante es la salud. Lo demás solo son hipótesis».