Roger Federer despidió a Novak Djokovic de la Copa Masters de Londres en noviembre del año pasado con una derrota y ayer, siete meses después, puso fin a una estratósferica racha de imbatibilidad del tenista serbio que se quedó con 43 victorias seguidas, a cuatro partidos de superar el récord que continuará teniendo el argentino Guillermo Vilas con 46.

No solo eso. El final de la estratosférica racha de Djokovic le impidió, ayer también, asegurarse el puesto de número 1 mundial que era suyo si alcanzaba la final de Roland Garros. Ahora esa posibilidad está en manos de una victoria de Federer en la final ante Nadal. "No tengo nada que lamentar, nunca miro atrás, no sirve de nada lamentarse, ni llorar. Estoy viviendo un momento extraordinario, pero esta racha se tenía que terminar un día u otro", explicó el serbio.

El tenista suizo, que ha pasado el torneo tapado, mientras los focos se dirigían al duelo entre Nadal y Djokovic y la lucha por el número 1 mundial, ayer dio una lección de tenis para demostrar que aún hay que contar con él en las grandes citas. "El partido entre el mejor jugador de la temporada y el mejor de la historia" como lo había definido Nadal se lo llevó este último por 7-6 (7-5), 6-3, 3-6 y 7-6 (7-5). Federer disputará mañana la 23 final en un Grand Slam, si el tiempo no lo impide porque amenaza lluvia y se presentará en la pista Philippe Chatrier con la intención de ganar su segundo Roland Garros y el 17º Grand Slam.

Lección maestra

Ayer dio una lección maestra a un jugador que le había arrebatado el protagonismo durante estos últimos meses y que este año le había derrotado tres veces. Federer salió dispuesto a acabar la racha. No tenía nada que perder y realizó un partido casi perfecto. Djokovic se encontró con un rival que no esperaba y quizá esos días de vacaciones le pasaron cuenta, aunque lo descartó.

"He jugado bien, eso no me ha afectado, pero él ha estado extraordinario. Especialmente en el cuarto set en el que he tenido opciones de ganarlo" explicó Djokovic, recordando que al final de esa cuarta manga dispuso del servicio en su poder y 5-4 para alargar el partido hasta un quinto set que se habría jugado hoy por falta de luz natural.

Federer no solo salvó la situación sino que rompió el servicio de Djokovic para forzar el tie break que le permitió certificar su triunfo final para resurgir de las cenizas. "Ganar el primer set ha sido decisivo para creer en la victoria. Me siento inmensamente feliz. Ha sido uno de los mejores de mi carrera. Físicamente me he sentido bien aunque en la tercera manga he notado cierto cansancio. Ha sido un gran combate mental y siempre he pensado que podría ganarlo" decía feliz.

Djokovic aceptó resignado la derrota que rompía la racha y, de momento, le retardará su acceso al número 1 mundial, al menos hasta Wimbledon, si Nadal gana el título mañana, ya que el serbio, con molestias musculares, renunció ayer a jugar el torneo de Queen´s.