El dominio del suizo Roger Federer en Wimbledon se hizo incontestable y con una victoria sin paliativos ante el estadounidense Andy Roddick, por 6-2, 7-6 (2) y 6-4, el europeo se apuntó su tercer título consecutivo en el All England Tennis Club.

Federer se convirtió en el tercer hombre que desde 1935 gana tres veces consecutivas en la Catedral. Y su nombre se acerca a los del sueco Bjorn Borg (cinco veces ganador) y Pete Sampras (siete). Cerca de cumplir 24 años tiene tiempo de superarlos.

Ayer dejó atrás, sin contemplaciones al cuarto jugador mundial. Roddick, finalista también en el 2005, tuvo que aceptar con resignación el poderío del que es ahora el mejor. "Quizás tenga que pegarle un puñetazo o hacer algo para poder ganar algún día", bromeó.

CON LAGRIMAS En una hora y 41 minutos, con una interrupción por la lluvia de 24 minutos, cuando ya se había apuntado las dos primeras mangas, Federer hizo simple lo difícil, mágico lo complicado, lo que a otros les cuesta sudores y lágrimas. Y hablando de lágrimas, también ayer se emocionó y lloró al ganar por tercera vez consecutiva recordando que aún siente con una victoria, aunque sea la 21 final consecutiva ganada, su octavo torneo de la temporada, su triunfo 36 seguido en hierba, el título 30 de su carrera.

El último punto fue una demostración de la humanidad de Federer. Golpe ganador con su saque después de haber logrado en ese juego dos aces (11 en total), y el suizo cayó de rodillas, rodó por la pista y se tapó la cara con sus manos. Después se levantó y se fundió en un abrazo con Roddick. Luego levantó los brazos al público que desde la grada le veneraba.

Ya tiene el suizo cinco títulos Grandes, Abierto de Australia

(2004), Wimbledon (2003, 2004 y 2005) y Abierto de Estados Unidos (2004). Sólo se le resiste Roland Garros, por lo que la victoria del español Rafael Nadal sobre él en las pasadas semifinales adquiere ahora el peso debido, la importancia adecuada.