Roger Federer estuvo a punto de no cumplir con una tradición que mantiene desde Roland Garros, en el 2004. Desde entonces, el exnúmero uno mundial no ha fallado en ninguno de los 20 Grand Slam que ha disputado de corrido. Ni una vez ha faltado a la ronda de cuartos de final. Es más, en los 19 anteriores, nunca ha perdido antes de semifinales. El checo Tomas Berdych, que ya le sorprendió en los Juegos Olímpicos de Atenas del año 2004, a punto estuvo de romper esta increíble racha, ayer en el Abierto de Australia, cuando se adelantó por dos sets a cero y puso el miedo en el cuerpo al campeón suizo, que finalmente vio la luz de una victoria en cinco sets, después de tres horas y media, por 4-6, 6-7 (4-7), 6-4, 6-4 y 6-2.

"Berdych me ha puesto al límite, pero ahora que he ganado siento una satisfacción especial por la victoria. He luchado durísimo para capear la tormenta. Estos partidos me gustan porque no suceden a menudo, incluso podría haber jugado dos sets más", decía Federer, feliz a pie de la Rod Laver Arena, tras salvar su eliminación y mantener sus aspiraciones en un un torneo en el que se ha marcado como objetivo ganar el título e igualar el récord de 14 Grand Slam que tiene el estadounidense Pete Sampras. Para conseguirlo deberá mejorar mucho sus prestaciones, especialmente su juego de los dos primeros sets. "Con tantos errores ya he visto que el partido iría a los cinco sets", admitió Federer.

Si el tenista suizo continúa en el torneo se lo debe en gran parte a un nervioso Berdych, que no supo cerrar el partido, con errores de principiante y desperdiciando hasta 7 de las 12 bolas de rotura que tuvo. En el tercer set el tenista tiró a la valla y contra la cinta varios smash y voleas impropias de un tenista clasificado en el puesto 21º del mundo. Luego lo remató en el cuarto con varias derechas fuera de las líneas, con toda la pista libre.

Federer se enfrentará en cuartos de final al argentino Juan Martín del Potro, que horas antes se había impuesto al talentoso croata Marin Cilic por 5-7, 6-4, 6-4 y 6-2. También logró su pase a la siguiente ronda el serbio Novak Djokovic, actual campeón del torneo, no sin pasar más apuros de los que esperaba ante el renacido chipriota Marcos Baghdatis, finalista del 2006, que que le forzó a los cuatro sets antes de caer por 6-1, 7-6 (7-1), 6-7 (5-7) y 6-2.

DECIMA DERROTA Quien no podrá estar entre los ocho mejores del torneo fue Tommy Robredo, que una vez más estrelló sus ilusiones ante el estadounidense Andy Roddick, vencedor por 7-5, 6-1 y 6-3. Fue la décima derrota de Robredo ante un Roddick al que nunca ha conseguido ganar. El tenista gerundense aguantó únicamente el pulso en el primer set, pero después se hundió en las dos siguientes mangas. "Para estar en las rondas finales hay que ganar estos partidos, y a mí me falta poder ganar a gente como Roddick", valoró el tenista gerundense, que se marcha pese a todo contento de su actuación en la pista australiana.