Un ace para empezar y un smash para cerrar la final. En medio, el sufrimiento, la agonía y el miedo metido en el cuerpo durante 3 horas y 45 minutos. Un calvario para poder celebrar finalmente el 11º Grand Slam de su carrera y el quinto Wimbledon que le iguala a Björn Borg, que lo logró entre 1976 y 1980. Pero antes de que Roger Federer pudiera tumbarse sobre la hierba y celebrar esas cinco victorias que ha encadenado entre 2003 y 2007 en un escenario tan mítico como único, Rafael Nadal le hizo sufrir como nunca y a punto estuvo a punto de romper sus ilusiones y hacerle sentir la poca diferencia que hay entre el triunfo y la derrota. El campeón español le tuvo contra las cuerdas antes de perder por 7-6 (9-7), 4-6, 7-6 (7-3), 2-6 y 6-2.

Fue un partido épico entre los dos mejores jugadores de esta década. El capítulo número 13 de una batalla que marcará una época como lo han marcado los duelos entre Borg y McEnroe, ambos ayer presentes en la central. Y ambos con apuestas muy diferentes. El sueco a favor de Federer y el estadounidense enamorado de Nadal.

Al final el triunfo se lo apuntó Federer. La quinta victoria sobre Nadal y la segunda consecutiva en Wimbledon, pero a punto estuvo de perderla. Posiblemente en esa derecha que, con 30-40 y 2-2 en el quinto juego del último set, se le escapó a Nadal. Un punto decisivo para romper el servicio de Federer y adelantarse 3-2 en la última manga. Una ventaja que podría haber sido definitiva. Pero no fue así. Esa bola se escapó por centímetros y Federer pudo recomponerse. "He tenido dos 15-40 en el quinto set, pero la clave ha estado en ese 30-40, aunque la diferencia de verdad ha sido el servicio de Federer", decía triste. "Al final solo gana uno. No creo en la suerte, aunque en partidos tan igualados, todo se decide por pequeñas cosas", admitía.

SEGURO DEL TRIUNFO Nadal tampoco quería hablar del pinchazo que sufrió en su rodilla derecha en el cuarto juego y que le obligó a llamar al fisioterapeuta. "Lo he notado al sacar y me ha dolido durante algunos juegos,pero me he recuperado“.No quería excusas. Nadal era elprimero en saber que el partidose le había escapado “pormuy poco” e intentaba consolarsecon su actuación sobresalientesobre la hierba londinense.“Estoy triste. Hoy he tenidouna gran oportunidad de ganar.Esta final no tiene ni puntode comparación con la delaño pasado. Entonces no creíaen la victoria, pero esta vez sí.Entré pensando que podía ganar”,dijo.

Federer era el primero en saberlopor lo que estaba pasandosobre la pista. El suizo novio claro su triunfo hasta el últimopunto. Lo reconoció antelos 14.000 espectadores queabarrotaron la central del AllEngland Tennis Club. “Nadal esun jugador fantástico. Lo queha hecho es increíble. Creo quehoy he tenido suerte. Nadaltambién se merecía ganar”, dijoFederer después de recibir eltrofeo de campeón.

CADA VEZ MÁS CERCA / Federersumó la victoria número 54consecutiva en hierba. Untriunfo para entrar en la historiadel tenis y acercarse un pocomás a esos 7 títulos de Wimbledony 14 Grand Slam quetiene Pete Sampras. A punto decumplir 26 años, el campeónsuizo puede igualar al estadounidense,pero no lo tendráfácil. Ayer Nadal se acercó unpoquito más. Federer sintió elaliento tras él y ya sabe que inclusoen su jardín preferido elcampeón español es capaz deamargarle la vida. “¿GanarWimbledon Ahora mismo notengo seguridad de nada. Perosi sigo mejorando seguro queel año que viene estaré más cerca”.A sus 21 años, Nadal ya haestado dos veces a las puertasde Wimbledon y lo volverá aintentar de nuevo.