Lo ocurrido ayer antes del encuentro Cacereño-Badajoz B se veía venir. La protesta de la afición ante la puerta del estadio dirigida contra el presidente, Félix Campo, es el resultado de un año especialmente convulso alrededor del club verde. Los últimos acontecimientos, con el descenso, la frustrada venta y el mal inicio liguero han sido algunas de las causas que explican el desencanto general.

Confirmado el divorcio entre club y afición, y dado el enrarecido clima creado, me voy a permitir una licencia. Dado que Campo, en otro tiempo una persona accesible, no quiere hablar conmigo por teléfono --ni con la generalidad del periodismo cacereño-- y que sé que está al tanto de todo lo que se publica, le escribo para aconsejarle que venda el club, que está aún a tiempo. Son 365 ´kilos´, Félix, es un buen negocio. La gente ha dictado sentencia. Sé que es difícil que me hagas caso por tu propia personalidad, pero al menos te traslado una sugerencia que te beneficiaría incluso a ti.