La afición placentina está a la altura. Según coinciden técnico y presidente, el apoyo de la hinchada está siendo fundamental. "El baloncesto ha enganchado ya a toda la ciudad. No es sólo la gente que va a los partidos: es todo Plasencia la que habla del equipo", asegura Martín Oncina. El fenómeno social sale incluso de Plasencia, ya que hay aficionados que se desplazan desde las comarcas de alrededor para presenciar los encuentros. El pabellón está registrando lleno tras lleno y el ambiente resulta inmejorable: cada partido se ha convertido en una fiesta. Tanto es así que se producen escenas tan vibrantes como la de los jugadores asaltando la grada para celebran las victorias con los seguidores. Y lo mejor es que no parece haber límites para un club que no deja de ilusionar.