Un pinchazo en el momento clave de la calificación apartó a Fernando Alonso de la lucha por la pole en el Gran Premio de Italia. El gustazo de arrebatársela a Ferrari fue para Kimi Raikkonen por solo dos milésimas sobre Michael Schumacher, pero de poco hubiera servido al asturiano lograr el mejor tiempo porque sufrió una encerrona al más puro estilo italiano. A petición del equipo de Maranello, los comisarios italianos sancionaron al ovetense por una más que dudosa obstaculización sobre Felipe Massa. Castigado a la 10 plaza, hoy intentará una remontada contra los elementos.

Los restos de varios accidentes de las carreras de promoción anteriores iniciaron los problemas para Alonso. "Pinché en la recta y apenas pude frenar. Casi me llevo a Michael por delante, pero al final pude salirme por la escapatoria de la chicane", desveló el piloto asturiano. Durante toda una vuelta --hasta que pudo entrar en boxes-- la rueda "fue desintegrándose y dañando toda la parte de atrás del coche".

El golpeteo de la lona fue rompiendo piezas aerodinámicas de sustitución complicada, por lo que los mecánicos de Renault no tenían tiempo de repararlas. Restaban ocho minutos, el límite para cambiar gomas en dos ocasiones. Alonso salió casi sin tiempo de su box para su último intento de vuelta rápida. Se incorporó a la recta 300 metros por delante de Felipe Massa, el espacio suficiente para no ceder el paso si completaba la vuelta a buen ritmo, y Alonso lo hizo con sus mejores parciales.

Al acabar la calificación, los ingenieros de Ferrari corrieron hacia los comisarios deportivos para presentar una reclamación. Ante el asombro general, dos comisarios italianos y uno inglés castigaron al piloto de Renault retirándole los tres mejores tiempos de la crono-3, por "molestar a otro competidor durante la calificación, aunque no de forma deliberada". "No lo entiendo", dijo Alonso. No quiso hablar más a riesgo de arremeter contra la FIA, los comisarios, el reglamento y su interpretación.