Fernando Sanz, nuevo presidente del Málaga, dijo ayer que todos los valores que ha podido demostrar como jugador sobre el terreno de juego, como "garra, amor por unos colores y una ciudad", los intentará transmitir, ahora, como máximo responsable de la entidad.

"Los jugadores no me van a poder engañar, sé cómo piensan y sienten y más claro no puedo ser", destacó el excentral del conjunto malagueño, quien anunció su despedida como futbolista tras una carrera como profesional en el Real Madrid y en el Málaga.

"Mi segunda etapa, en el Málaga, ha sido la mejor de mi carrera", dijo el madrileño, quien la calificó como "maravillosa", aunque reconoció que el paso de jugador a presidente "es un poco chocante".