Por no funcionar, en Ferrari ya no funciona ni la bomba para hacer llegar agua al piloto durante la carrera. Pero no, las ásperas palabras de Fernando Alonso al término de la carrera no son fruto de la deshidratación, es simplemente realismo, carente ya de paños calientes, al verse quinto de forma "milagrosa", a medio minuto de un Lewis Hamilton, lejos del podio completado por Kimi Raikkonen y Sebastian Vettel.

Piden a Alonso que luche por el Mundial, que remonte más de 39 puntos sobre Vettel, pero el asturiano lucha contra seis coches más rápidos que el F-138, al que le falta "tracción, estabilidad en la frenada, y apoyo en las curvas largas", casi nada, según el diagnóstico del propio piloto. "Red Bull nos supera de forma aplastante; lo malo es que también Lotus y Mercedes".

El asturiano sabrá en Spa (Bélgica, 25 de agosto), si le queda un hilo de esperanza, si su equipo es capaz de ganar esas décimas que necesita. "Necesitamos ganar carreras, sí, pero mañana por hoy cumplo 32 años, o sea que llevo 30 corriendo, y sé, porque lo he vivido ya muchas veces, que aún hay tiempo para luchar el título".

Ferrari había dedicado muchas de las sesiones del viernes en los primeros grandes premios, como China, Barhain, España y Canadá, para preparar el paquete de mejoras que estrenó en Silverstone. "Y no funcionaron". Al equipo solo le quedó desandar el camino recorrido, así que ha perdido el paso de sus rivales. Más o menos, de media, cada escudería mejora una décima por carrera. Así lo han hecho Red Bull, Lotus y Mercedes. Ferrari ha perdido todos esos grandes premios en soluciones que no funcionaron. En España, "teníamos el coche más rápido en carrera", recuerda Alonso. Desde entonces, todos han mejorado menos Ferrari, cinco grandes premios al barbecho, cinco décimas por vuelta, más o menos lo que le separó el sábado de la pole de Hamilton, más o menos lo que le separó (30 segundos) al final de las 70 vueltas del GP de Hungría. "¿La razón?, sencilla: este coche lleva piezas muy viejas".

LA DECEPCION DE PIRELLI Finalizó quinto, sí, pero su posición real sería séptimo si Romain Grosjean no sufre una sanción y si Nico Rosberg no se toca con Felipe Massa en la salida. Para colmo, en Ferrari se olvidaron de pasar el DRS de modo precarrera a modo carrera, por lo que Alonso no sabía si podía utilizarlo. Lo hizo al tuntún. Tremendo. Es la cruda realidad en su cuarto año en Ferrari. "Si, a la vuelta del parón veraniego, somos capaces de ganar tres o cuatro carreras seguidas seguiremos peleando por el título, como hemos estado haciendo, casi milagrosamente, estos años. Pero es evidente que pelear por el título sin tener un coche veloz, es pedir un milagro cada día, y eso es imposible".