Tan solo disponían ya de tres comodines, tres 'tokens', según el lenguaje de la F-1, para la evolución de su motor, y Ferrari los ha consumido para estrenar propulsores en casa, en el Gran Premio de Italia, un síntoma más de su debilidad. No albergan ninguna opción a luchar por el título, apenas podrán con Red Bull en las próximas carreras, pero lo fían todo aquí a ese motor, sobre las larguísimas rectas de Monza, para lavar su cara frente a los 'tifosi' de Monza y los dueños de la marca. Aún así, no parecen en condiciones de inquietar un doblete de los Mercedes, entre los que Lewis Hamilton ha vuelto a tomar el mando frente a Nico Rosberg.

Han apurado el máximo los tiempos para que esta última evolución del motor llegara en Monza, donde la potencia del propulsor tiene más incidencia que en ninguno de los 20 circuitos restantes del campeonato. Es la única pólvora que le queda a Ferrari: brillar en casa. Por segundo año consecutivo, Sebastian Vettel no tendrá ninguna opción al título y eso es empeorar bastante los dos primeros años de Fernando Alonso en Ferrari. Eso frustra al alemán, pero menos que verse superado por su compañero Kimi Raikkonen, del que Alonso abusaba mientras fueron compañeros en la Scuderia. Por ahí hay que buscar sus constantes quejas.

LAS EXIGENCIAS DE VETTEL

El propio Vettel había solicitado una reunión con el director de carrera Charly Waiting junto con Kimi Raikkonen y Max Verstappenpara quejarse de la actuación del joven holandés en el pasado Gran Premio de Bélgica. La reunión tuvo lugar, pero no ha hecho sino aumentar la sensación de que se trata de un pataleo de los dos Ferrari, los únicos culpables de la colisión triple con Verstappen en la primera curva de Spa. Raikkonen se quejó después de una acción del holandés en la frenada de Les Combes, y eso también le ha dejado en evidencia, “Verstappen no actuó bien al moverse en la frenada durante el GP de Hungría, pero defendió dentro del reglamento su posición en las acciones frente a Raikkonen y Pérez en Les Combes”, describió Alonso. De hecho, el asunto bi siquiera fue tratado en la reunión de pilotos que se celebra cada viernes de Gran Premio. “Su agresividad, y las reacciones que provoca en algunos de los pilotos más veteranos me recuerda an Senna”, explica Toto Wolff, el director de Mercedes.

MCLAREN A POR FERRARI

Con el mundial en manos de los Mercedes, puede que uno de los atractivos de final de la temporada será ver llegar a McLaren a la altura de los Ferrari en algunas de las carreras que restan. “Nuestro objetivo es estar justo detrás de los Red Bull en la próxima carrera de Singapur”, avanza Alonso. Y eso le emparejaría con los Ferrari. De momento, sin embargo, le tocará sufrir un poco en Monza, donde el motor lo es casi todo, aunque para sufrimiento el de Carlos Sainz, en el trazado que peor se adapta a su Toro Rosso. Los dos españoles no ven el momento de pasar página en Monza y verse en Singapur.