El español David Ferrer, cuarto cabeza de serie del Godó, disputará mañana su tercera final en Barcelona después de vencer hoy a su compatriota Nicolás Almagro, octavo favorito del torneo, por 6-3 y 6-4, en una hora y 36 minutos de juego.

Serio, concentrado y muy metido en el partido desde el primer minuto, Ferrer ha arrancado con un 3-0 que le ha permitido gestionar el primer set con cierta comodidad.

A Almagro, que quizá ha salido a la pista condicionado por el hecho de que nunca había ganado al alicantino en sus seis enfrentamientos precedentes, le ha costado entrar en juego.

Ha desperdiciado una bola de 'break' con el 4-1 en contra, y aunque ha roto el servicio de Ferrer dos juegos después, ha vuelto a perder el suyo cuando sacaba para empatar a cuatro la primera manga.

"Mételas, pero no toques más líneas", le decía Almagro a Ferrer, después de que éste acabara de conectar varias bolas ajustadas a las que su adversario no ha podido llegar.

Con el 2-2 del segundo set, Ferrer ha vuelto a romper el saque de su rival. Un par de dejadas a las que Almagro no ha podido llegar han tenido la culpa.

Ahí ha vuelto el Almagro incómodo, temperamental y excesivamente gesticulante de un época que parecía olvidada y en la que el 'top-ten' parecía lejano.

La raqueta del murciano ha acabado contra la arcilla mientras que, al otro lado de la red, Ferrer seguía centrado en lo suyo como si los aspavientos del rival no fueran con él.

Pocos minutos después cerraba con su saque su pase a su tercera final del Godó -perdió en 2008 y 2009 contra Rafa Nadal- y la séptima victoria sobro Nico en otros tantos partidos.

Ferrer: "Nunca había jugado tan bien como este año"

Tras el encuentro, David Ferrer ha destacado que "nunca había jugado tan bien como este año". "Me siento muy feliz y un privilegiado por volver a estar arriba, porque ya soy uno de los veteranos del circuito".

El tenista de Jávea ha asegurado que, pese a ganar hoy a Almagro, éste le ha obligado a jugar al cien por cien: "Ha sido un partido a dos sets, pero durísimo físicamente. Me ha obligado a jugar todo el rato al máximo de intensidad y me ha costado muchísimo ganarle, porque él está jugando a un nivel altísimo".

Además, arrastra desde el partido de ayer ante el austríaco Jurgen Melzer una pequeña contractura en el gemelo izquierdo que, sin embargo, el insiste en decir que "no es grave" y que no le impide rendir al máximo en cada partido.

Ferrer ha dado por hecho que su rival mañana será el número uno mundial, su compatriota Rafa Nadal, que esta tarde se medirá al croata Ivan Dodig en la otra semifinal.

"Rafa no es una máquina, siempre puede perder, pero me extrañaría muchísimo que no ganara", ha señalado antes de recordar una vez más que Nadal es "el mejor de la historia en tierra" y que sus opciones de alzarse con el título son más bien pocas.

"Para ganarle yo tengo que tener un grandísimo día y él un día regular. Intentaré ser agresivo y hacer mi juego", ha declarado Ferrer, a quien no le sirve como referencia la final que jugó contra él hace seis días en Montecarlo.

"Cada partido es un mundo, cada semana cambia el escenario, cómo te encuentras tu físicamente, todo. Así que será un partido diferente".

Almagro: "Ferrer siempre me ha hecho jugar una bola más"

Por su parte, Nicolás Almagro ha reconocido la superioridad de su compatriota David Ferrer, que siempre le ha hecho "jugar una bola más hasta fallar" y le ha apartado de la final del Godó al vencerle por 6-3 y 6-4.

"David se encuentra a un nivel de forma espectacular, con una movilidad tremenda y una capacidad de sacrificio que está al alcance de muy pocos. La forma en la que está jugando es increíble", ha destacado de su adversario.

Almagro cree que la clave ha estado "en los tres primeros juegos del primer set, que han sido larguísimos". Los tres han caído del lado del alicantino: "A partir de ahí, el partido se me ha hecho un poco cuesta arriba".

El jugador murciano ha negado que le haya podido pesar el hecho de que nunca ha ganado a Ferrer, con el que ha perdido siete veces en otros tantos enfrentamientos.

"Cuando una sale a la pista hace borrón y cuenta nueva. Uno no se pone a pensar en eso. Si lo hiciera, ya no saldría. Nos lo jugaríamos a la 'play' y ya está", ha comentado al respecto.

En cualquier caso, Almagro se marcha de Barcelona con la recompensa de haberse convertido en 'top-ten' por primera vez en su carrera -"es el premio a mi regularidad", ha destacado- y "volviendo a hacer unas semifinales en un Open 500, que no está nada mal".