Juan Carlos Ferrer parecía perdido, sin esa chispa que hace brillar a los campeones, pero en una reacción espectacular recuperó la fuerza, y después de tres horas y 38 minutos levantó los brazos en signo de victoria al acabar con el serbio Janko Tipsarevic, por 6-3, 3-6, 5-7, 6-3 y 6-2, y colocarse en la tercera ronda del Abierto de Australia.

El público de la Vodafone Arena comprendió perfectamente el esfuerzo del español, su reacción y el coraje que exhibió para hacerse con un partido que tenia perdido con dos sets a uno. Y lo más importante, aplaudió la clase de Ferrero y su generoso esfuerzo. Su próximo rival será el alemán Nicolas Kiefer, que se clasificó al vencer al serbio Boris Pashanski por 4-6, 6-1, 6-4 y 6-1. No estará el madrileño Fernando Verdasco, que cayó ante el belga Kristof Vliegen, por 3-6, 6-2, 7-6 y 7-5, en un encuentro en el que desperdició una ventaja de 4-0 y 5-1, cuando no supo concretar sus opciones y al final cedió este parcial en el desempate. La alegría para el tenis femenino español fue el resurgir de María Antonia Sánchez Lorenzo, que superó en un difícil compromiso a la alemana Anna Lena Groenefeld, 22 favorita, por 4-6, 6-4 y 6-1.