Agotador. 6 horas y 24 minutos bajo un tórrido calor que llegó a los 40 grados. Agónico hasta el final. Sin fuerzas en las piernas Fernando Verdasco, con llagas en los pies Juan Carlos Ferrero. La clasificación de España para las semifinales de la Copa Davis ante Alemania fue un suplicio que no se decidió hasta el último punto. Un sufrimiento al que puso fin el hombre al que Albert Costa había repescado a última hora para el equipo después de la baja por lesión de David Ferrer. Verdasco falló en el primer intento de dar el pullazo al toro alemán al perder contra Phlippe Kohlschreiber por 6-4, 6-2, 1-6, 2-6 y 8-6. Tuvo que ser Ferrero quien rematara una faena que por momentos se complicó hasta que no acabó con la resistencia de Andreas Beck al vencerle por por un triple 6-4.

DESDE EL 2005 "Estoy todavía flipando de lo que me está pasando. La semana pasada estaba de vacaciones y ahora estoy aquí celebrando este gran éxito" decía eufórico a los 10.000 espectadores que coreaban su nombre y entre los que estaban el actor Antonio Banderas que no se movió de su palco junto a Manuel Santana. Hacía tiempo, demasiado, que Ferrero no lo levantaban en hombros, como hizo al final del partido Feliciano López. La última vez que vivió algo parecido debió ser en el 2000 cuando Alex Corrteja lo llevó en volandas por el Palau Sant Jordi tras conquistar la primera Copa Davis para España. Entonces Ferrero solo tenía 20 años y un futuro esplendoroso por delante. Ayer, a sus 29 años, el exnúmero uno mundial revivió viejas emociones al dar un punto decisivo. No lo hacía desde el 2005, la última ocasión que fue convocado, cuando logró el quinto punto que salvaba a España del descenso del Grupo Mundial al vencer al italiano Andreas Braciali en Torre del Greco.

LLENO DE LLAGAS Desde entonces su carrera ha estado sumida en una montaña rusa que le hundió hasta el puesto 115 del mundo y en la que apenas hace unas semanas llegó a pensar en la retirada a final de temporada. Su actuación en Wimbledon hace unas semanas --llegó a cuartos-- le hizo olvidar esos malos pensamientos y ayer Costa confió en esa transformación para alinearlo en el partido decisivo en lugar de Tommy Robredo.

Ferrero no falló y abrió, de par en par, las puertas a las semifinales de la Copa Davis. Sufrió lo suyo para conseguirlo pero siempre tuvo en sus manos el control del partido ante un rival que debutaba en esta eliminatoria. Ferrero acabó con llagas en las manos y en los pies. Tuvo que ser atendido al principio del terce set, pero para entonces su ventaja en el marcador era una garantía que no dejó escapar.

Verdasco no pudo hacer lo mismo. Kohlschreiber le ganó el pulso en un durísimo partido a cinco sets. "Se me ha acumulado el cansancio de los anteriores partidos. Duele perder así, pero estoy orgulloso porque me he dejado la piel en la pista", decía con resignación el madrileño que logró remontar dos sets en contra pero que pagó el esfuerzo de un brutal primer set que duró una hora. "La clave ha estado ahí, el esfuerzo lo he pagado en el quinto set", aseguraba el madrileño visiblemente decepcionado, aunque después saltaba como el que más en la pista para celebrar el éxito de su compañero de filas Juan Carlos Ferrero.

Un triunfo que coloca a España "a un pasito de la final", la séptima, como dijo Feliciano López al saber que jugarán ahora contra Israel. "Nunca diría que tenemos un pie en la final" recalcó ayer su compañero Verdasco. "Hay que ser cautos", decía feliz Costa recordando lo que ha sufrido ante Alemania. Los israelís cuentan en su equipo con Dudi Sela (número 31), Harel Levy (210) y un doble formado por Andy Ram y Jonathan Erlich que ha ganado 12 títulos en el circuito, entre ellos el Abierto de Australia en el 2008. La decisión sobre la sede de la eliminatoria se deberá tomar estos días y primará, ante todo, la seguridad del equipo israelí que en la primera ronda jugó en Estocolmo a puerta cerrada para evitar incidentes con grupos antisemitas.