Si alguien tenía duda de que Max Mosley solo quería la cabeza de Flavio Briatore, si es que algún aficionado pensaba que la dimisión-cese del italiano y de Pat Symonds no obedecía a un pacto anterior entre el presidente de la FIA y Bernie Ecclestone, el dueño de este negocio, solo tiene que echar un vistazo al fallo que el Consejo Mundial emitió ayer en París, tras solo 90 minutos de cónclave: de Nelsino Piquet, ni habla, tenía inmunidad; a Renault le cae un apercibimiento --envuelto eso sí en palabras grandilocuentes-- y a Briatore le fríe a inhabilitaciones de por vida: nada, ni nadie que tenga relación con el italiano (equipos, marcas, pruebas, patrocinadores, pilotos, eventos...) tendrán autorización de la FIA.

Renault es apercibida de suspensión, hecho que la fábrica francesa ha casi celebrado con un comunicado en el que casi admite los hechos y pide disculpas por este "comportamiento inaceptable", esperando dejarlo atrás y olvidarlo cuanto antes. A Symonds lo envían a las mazmorras durante cinco largos años y a Briatore, objetivo, sin duda, de Max Mosley, presidente de la FIA, lo apartan de cualquier, no ya actividad, sino negocio que tenga algo que ver con el deporte del motor.

Tras 90 minutos de reunión a la que no acudieron ni Briatore, ni Symonds y a la que Fernando Alonso fue como testigo, el consejo emitió un fallo en el que recoge que "las acciones de Renault F-1 no solo comprometieron la integridad del deporte sino que también pusieron en peligro las vidas de espectadores, comisarios, otros participantes y el propio Nelson Piquet Jr".

DEMASIADAS DISCULPAS "El Consejo Mundial de Deportes de Motor considera que ofensas de esta gravedad merecen la descalificación permanente del Campeonato del Mundo de F-1. Sin embargo, teniendo en cuenta los puntos mencionados anteriormente y, en particular, los pasos dados por Renault F-1 para identificar y solucionar los fallos en su equipo y condenar las acciones de las personas implicadas, el WMSC (siglas inglesas del Consejo Mundial) ha decidido suspender la descalificación de Renault hasta finales del Mundial-2011. El Consejo solo activará la descalificación si Renault es encontrado culpable de una falta similar durante ese tiempo". O sea, nada, ni una pequeña multa. Ese era el trato. Es evidente que Carlos Ghosn, jefazo de Renault, es un lince y sabía que el despido de Briatore y Symonds le salvaría de la multa de 100 millones de dólares.