La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y la asociación de equipos de la Fórmula 1 (FOTA) han llegado hoy a un acuerdo para que no haya un Mundial paralelo la próxima temporada y se mantenga la competición de la Fórmula 1 tal como está ahora, con las normas del 2009.

"No habrá separación, sino un único Mundial en 2010. Hemos llegado a un acuerdo sobre la reducción de costes", indicó el presidente de la FIA, Max Mosley, al término de una reunión con los constructores en París.

Mosley, principal impulsor de las reformas que han provocado la amenaza de cisma en la competición, ha anunciado que no se presentará a la reelección de su cargo, cuyo mandato termina en octubre próximo.

No al límite de 45 millones

El acuerdo fue anunciado al término de un Consejo Mundial extraordinario del deporte del automóvil para tratar de acabar con las discrepancias entre Mosley y los equipos, liderados por el director de Ferrari, Luca di Montezemolo.

La principal diferencia entre ambos residía en el proyecto de la FIA de limitar a partir de 2010 el presupuesto de los equipos a 45 millones de euros de sin contar los gastos de patrocinio y los salarios de los pilotos.

Los constructores no se oponían a la rebaja de los costes pero reclamaban un plazo mayor para ponerla en práctica. Ante la negativa de Mosley a cambiar sus planes, la FOTA había amenazado con crear un Mundial paralelo al de la FIA. La idea tenía el respaldo de los principales escuderías: Ferrari, McLaren, BMW Sauber, Renault, Toyota, Red Bull, Toro Rosso y Brawn GP.

Amenaza de cisma

El anuncio de la FOTA de un Mundial paralelo fue el punto culminante del conflicto de los equipos con la FIA. Mosley había asegurado que no cambiaría sus proyectos, destinados a facilitar la llegada de nuevos equipos ante la baja de algunos de los tradicionales mermados financieramente por la crisis económica.

El presidente de la FIA amenazó con llevar a los tribunales a los equipos que disputaran un Mundial paralelo y señaló que se volvería a presentar a la reelección si los equipos no aceptaban su proyecto. Enfrente, la FOTA también tensó la cuerda y el responsable de Renault, Flavio Briatore, señaló ayer que no había vuelta atrás en la organización de un Mundial paralelo.