Ron Dennis, jefe de McLaren-Mercedes, se pasó de listo el domingo, una vez concluido el Gran Premio de Mónaco --donde sus dos pilotos, Fernando Alonso y Lewis Hamilton, lograron el primer doblete de la temporada para su escudería--, al reconocer que había variado la estrategia de su joven discípulo para proteger su posición. Sus palabras y las críticas que ayer lanzó la prensa británica por no haber permitido que su piloto favorito intentase dar alcance a Alonso sirvieron de base a la Federación Internacional del Automóvil (FIA) para abrir una investigación, que podría acabar con una sanción económica o de puntos, ya que el reglamento de la F-1 prohibe abiertamente las órdenes de equipo.
"Como equipo --comentó un ufano Ron Dennis tras el prestigioso doblete-- nos gusta que haya competencia, pero Mónaco requiere que se actúe de una manera disciplinada y de esa forma dejamos Montecarlo con un doblete memorable y el máximo de puntos posibles".
La infracción a que se refiere el comunicado de la FIA está recogida en el artículo 151.c del Código Deportivo Internacional, según el cual se puede causar daño al deporte por "cualquier conducta fraudulenta". Dennis aseguró ayer que no había hecho nada incorrecto al proteger la ventaja de su equipo, distinguiendo entre "estrategia de equipo", que se adopta para ganar, y "órdenes de equipo para manipular una carrera".
LA QUEJA DE HAMILTON En el diario The Independent de ayer, el joven británico mostró su sorpresa: "Tenía gasolina para aguantar cinco o seis vueltas más que Alonso, y me hicieron entrar después de solo tres, así que perdí una ocasión de abrir hueco y superarle en el segundo repostaje. Así son las cosas en la F-1. Es mala suerte. Yo solo hice mi carrera y el equipo se encargó de lo demás".
"Le dijeron que no ganara, eso no es deporte", recogía el Daily Mail . "La decisión de Dennis no contribuye a la integridad de las carreras de coches". The Independent tituló: "Niegan a Hamilton la oportunidad de mostrar su verdadero valor, mientras Alonso aplasta a Ferrari".
