El Cacereño sigue sin poder conseguir trasladar su filial de la Tercera División a otra localidad de la provincia. Tampoco podrá ser a Valdefuentes, el último movimiento. La posibilidad de que el club renuncie a esta categoría está cada día más latente después de que fracasaran también otros intentos anteriores, como los de Malpartida de Cáceres y Casar de Cáceres.

Todas las opciones siguen abiertas todavía, en cualquier caso. Incluso que el Cacereño continúe manteniendo su equipo de Tercera División, aunque en la entidad pesa mucho en estos momentos el factor económico. Si finalmente no es así, sus derechos deportivos pasarían al Fuente de Cantos, situado en la tabla al final en el puesto número 17 y que no ha podido quedarse en la categoría porque ninguno de los extremeños ha subido a la Segunda División B.

En la entidad fuentecanteña tienen esperanzas de que esta plaza del Cacereño quede libre e incluso alguna otra que, en serios apuros, pudiera renunciar.

En Valdefuentes, que tiene equipo en Regional Preferente, se ha terminado por declinar la idea por los mismos motivos que habían esgrimido Malpartida o Casar. El nombre del equipo tendría que empezar por la palabra 'Cacereño', algo que no se ha aceptado finalmente.

IMPOSIBILIDAD Luis Luengo, que en breve será oficialmente el presidente de la AD Valdefuentes y a la vez concejal de Deportes, confirmó anoche que se ha desechado definitivamente la posibilidad, que reconoció a este periódico que había existido a través de distintas negociaciones mantenidas en los últimos días.

"Para ser filial y jugar en Tercera tendría que desaparecer nuestro club como tal, con nuestra identidad. Por eso no hemos aceptado, porque no podemos perder el control de nuestro club, aunque la idea de poder jugar en Tercera División hubiera sido atractiva para el pueblo y si se hubieran dado otras circunstancias lo habríamos hecho", dijo anoche a este diario cuando se le cuestionó.

Se da la circunstancia puntual de que el alcalde de Valdefuentes, Alvaro Arias, es el actual diputado de Deportes.

Mientras tanto, el club verde seguirá intentando ceder la plaza del club a otra localidad de la provincia cacereña intentando cumplir la legalidad. Pero las condiciones parecen ser un obstáculo para que las negociaciones cristalicen, al menos de momento.

La entidad cifra entre 30.000 y 40.000 euros lo que serían los gastos que supone tener un equipo en Tercera. Este año a duras penas se ha mantenido, con algunas deudas pendientes al cuerpo técnico, al menos hasta la semana pasada. El entrenador, José María Rebollo, ha firmado ya por otro club de Tercera División, el Santa Amalia.