«Amigo, muchas gracias por este maravilloso viaje juntos». Borja Martín-Simo escribía a Jorge Campillo una carta, a modo de anuncio de despedida, en el portal especializado Ten Golf con una decisión muy firme. Nada menos que ocho años de caddie que se acabarán en diciembre, tras los torneos de Suráfrica y Dubái. La pareja inseparable del golf extremeño y nacional, la pareja del Norba Club cacereño, la de amistades comunes de niño, se separa profesionalmente, y no precisamente por discrepancias.

«Estoy muy agradecido por su apoyo y trabajo durante todos estos años, parece que fue ayer cuando empezamos la aventura en el European Tour. Cuando sientes que el tiempo pasa rápido es siempre una buena señal». El golfista cacereño se expresaba así en declaraciones a este diario desde un hotel en la lejana Sudáfrica. A su lado estaba, como siempre durante tanto tiempo, Borja.

«Dejo mi trabajo de caddie. Me retiro a mis cuarteles de invierno. Obviamente no ha sido una decisión tomada de la noche a la mañana, ni precipitada, ni un arrebato y, ni mucho menos, un hartazgo o de algún problema con Jorge. Todo lo contrario. Precisamente porque lo conozco muy bien, porque somos muy amigos y porque tenemos una relación muy especial, creo que es el momento de hacerlo y anunciarlo». Martín-Simo lo dice claro. Sin ambages. Con cariño. Y el caddie sigue explicando: «He tomado la decisión porque creo que es el mejor momento. Jorge se encuentra en un punto magnífico de su carrera profesional y siempre he sido de la idea de que las cosas, si hay que dejarlas, lo ideal es hacerlo cuando estás en lo más alto porque si no te marchas con un regusto amargo».

«Tengo 32 años, he viajado mucho y mi padre me ha ofrecido una oportunidad profesional muy buena, con un proyecto que me hace mucha ilusión», añade Martín-Simo, con «sangre empresarial» que le viene de familia y con una carrera en una universidad como Cunef «y me siento muy bien formado».

«Me lo he pasado increíble, ha sido una experiencia difícil de condensar en unas palabras, junto a un amigo íntimo, nunca hemos tenido un problema, ni una discusión, siempre me ha apoyado en los malos momentos, yo a él también». Una prueba irrefutable de la relación entre ambos es que Borja será testigo de la boda del golfista, antes de terminar el año. Cómo no, claro que sí.