No era la final que se esperaba. Los pronósticos eran distintos, al menos en lo que hacía referencia al nombre del aspirante a destronar al rey Nadal de Roland Garros. Todos veían al príncipe serbio Novak Djokovic enarbolando su raqueta Head para hacer hincar la rodilla al pentacampeón de París, como ya había hecho en las batallas de Madrid y Roma. Pero quien entrará por la puerta Phlippe Chatrier hoy (15.00, La 1) volverá a ser Roger Federer para jugar la final de Grand Slam más clásica de la historia. Un duelo repetido en ocho ocasiones anteriores, tres en Roland Garros (2006-08), tres en Wimbledon (2006-08) y otra en Australia (2009). Ninguna otra pareja ha disputado nunca tantas finales de un grande.

En liza, en la que será la decimonovena final entre estas dos leyendas activas del deporte, además de un Roland Garros, hay mucho más que un título de Grand Slam , el décimo para Nadal, el decimoséptimo para Federer.

De entrada, el suizo y el español se quedarán a solo una final de alcanzar las 20 que disputaron el checo Ivan Lendl y el estadounidense John McEnroe, dos mitos aferrados a la memoria coletiva del tenis.

Los números de estos dos superdeportistas apabullan. Entre ambos suman 383 semanas como número 1 (285 del suizo y 98 del español), es decir, más de siete años mandando sobre el circuito. Atesoran 25 títulos de Grand Slam y un total de 112 títulos en individuales y así, páginas y páginas con datos a cuál más extraordinario.

EL REGALO "Todo el mundo sabe que siempre me ha ganado aquí y que será una final muy dura otra vez, pero para que una final de Roland Garros sea verdaderamente especial hace falta que Rafa esté en ella. Este partido es un regalo que espero con impaciencia, no obstante voy a jugar contra mi auténtico rival de todos esos años", decía Federer tras vencer a Djokovic y acabar con una racha de 43 victorias seguidas. Un triunfo que también alegró el día a Nadal, aunque ayer el número 1 mundial, al menos por un día más, se negaba a admitir que le hubieran quitado ningún peso de encima.

"Pensar eso lo veo un fallo garrafal. Federer lleva 16 Grand Slams , ha estado mil años de número 1 y ha demostrado una capacidad de lucha para afrontar un partido así. Te puede desbordar siempre, con su saque, sube a la red y tiene golpes ganadores. Si quiero ganarle deberé hacer mi juego bien y hacerle sentir que no va a jugar tranquilo", decía ayer Nadal después de un ligero entrenamiento en la pista número 4 de Roland Garros con el júnior colombiano Juan Sebastián Gómez.

Nadal está alerta y tenso para afrontar un partido en el que lo más importante para él es ganar otro Grand Slam , el décimo para él, antes que igualar el récord de seis títulos de Bjorn Borg. "No se si veremos un partidazo como el

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