El Barça jamás ha tirado una Liga llegando como líder a la última jornada, pero el drama de perder en el episodio final es habitual en el deporte. También en el fútbol y en las Ligas, incluso en las circunstancias más favorables. El Real Madrid sabe bien lo que es llorar cuando se tiene todo a favor para cantar el alirón. Así perdió los títulos de 1983, 1992 y 1993, con el Athletic de Javi Clemente como beneficiado en la primera y el dream team de Cruyff en las otras dos. Sin remontarse al siglo pasado, basta con mirar hacia Holanda, donde el Ajax de Frank de Boer perdió la Liga el domingo de forma increíble.

El Ajax es el último ejemplo de la crueldad de la derrota más inesperada. Ahora nadie se imagina un batacazo del Barça. Las casas de apuestas pagan a 1,10 el triunfo azulgrana, una cuota similar a la que había en la Eredivisie holandesa este fin de semana. El Ajax solo necesitaba igualar el resultado del PSV y visitaba al De Graafschap, ya descendido, mientras su rival jugaba en casa del Zwolle, con aspiraciones europeas.

La lógica naufragó. Empató el Ajax (1-1), ganó el PSV (1-3). De Boer, con su equipo técnico formado por Bergkamp, Overmars y Bogarde, acabó desesperado y no seguirá en Amsterdam. La alegría fue para Cocu y Hesp, los directores del campeón.

En España, solo cuatro equipos alcanzaron el título en la última jornada partiendo de la segunda plaza: el Atlético (1939-40), el Valencia (1946-47), el Athletic (1982-83) y el Barça (1928-29, 1991-1992, 1992-93 y 1993-94).

LOS APUROS DE BUYO El Madrid perdió tres Ligas llegando como líder al duelo definitivo, la primera con Alfredo di Stéfano en el banquillo. El 1 de mayo de 1983 el equipo blanco cayó en Valencia (1-0) con un gol de Tendillo, que luego jugaría en el club merengue. El Athletic ganó en Las Palmas (1-5) y se impuso justo en la línea de meta.

Una década después se repitió la desgracia blanca con el doble fracaso de Tenerife. El primero, en 1992, fue el más inesperado. Ganaba 0-2 el Madrid con goles de Hierro y Hagi antes de la remontada firmada por Quique Estebaranz, Rocha en propia puerta y Pier. Aquel vuelo de Buyo hacia ninguna parte en la cesión de Sanchís desde el centro del campo siempre permanecerá en la memoria culé. "Los jugadores del Madrid se fueron con la mirada perdida. Yo intenté consolarlos, sabíamos lo que habían perdido, mucho más de lo que nosotros habíamos ganado", cuenta Estebaranz.

El exazulgrana repitió presencia el año siguiente, aunque esta vez el Tenerife aspiraba a la UEFA. En la primera no se jugaba nada. Dertycia y Chano dejaron encarrilado un 2-0 en la primera mitad. El Madrid se refugió en la actuación del árbitro Gracia Redondo, pero Sanchís desveló sus razones. "Perdimos el título en un avión a 60 grados. Mendoza fletó dos pequeños vuelos. Uno llegó sin problemas, en el otro alcanzamos los 60º. Nos desnudamos todos menos Buyo, que tenía tal susto que ni se atrevió a quitarse la ropa por no moverse", recuerda el excentral. "En el campo, solo deseaba que acabara el partido, no tenía ganas ni fuerza para más".

DE LA GLORIA AL INFIERNO La trilogía de Ligas sobre la bocina del dream team se completó en A Coruña en 1994. Una vez más, llegaba segundo el Barça a la última jornada. El Depor de Arsenio Iglesias era el favorito. Solo tenía que ganar al Valencia, pero fue incapaz de marcar (0-0). Djukic falló el penalti decisivo y ejemplificó como nadie el drama del último suspiro. "Hubiera desaparecido en aquel momento. Fue como perder una vida", comentó el presidente Lendoiro. "En un segundo pasamos de la gloria al infierno", agregó Arsenio, el mítico Bruxo de Arteixo . "Fue el día más duro de mi carrera. Terrible, tremendo, dramático para todos", rememora Fran. El capitán gallego, al menos, cantó el alirón en el 2000.