FORMA CACERES - 3: Mario, Almeida, Thiago Paz, Kadú, Sergio --cinco inicial-- Luis Coria, Bruno Ribeiro, Carlos Sierra, Kike Barroso, Alejando Vega.

TECUNI BILBO - 3: Iraitz, Montxi, Luis, Diogo, Chiqui Gil --cinco inicial-- Dani Martín, Benavente, Carlinhos.

GOLES: 1-0-Min. 8: Thiago. 1-1-Min. 14: Diogo. 2-1-Min. 22: Almeida. 3-1-Min. 26: Thiago. 3-2-Min. 39: Carlinhos. 3-3-Min. 40: Chiqui Gil.

ARBITROS: Moreno Reina (Sevilla) y Ramos Marín (Córdoba). Sin tarjetas.

INCIDENCIAS: Encuentro de la octava jornada de la División de Plata.

Transcurrían, plácidos, los últimos instantes del partido. El Forma Cáceres vencía con claridad (3-1), sin que nada presagiase otro desenlace que el éxito local. El rival, el Bilbo, casi había dado el encuentro por perdido, pese a que, a la desesperada, había situado en pista al portero jugador. Sin embargo, el duelo acabó insospechadamente 3-3, con el consiguiente estado depresivo cacereño, que llegaba tras dos victorias a domicilio y una dinámica positiva. El deporte de una cierta altura de competición tiene estas cosas: el relajo cuesta, a veces, demasiado caro.

El equipo vasco, rival del extremeño en la lucha por acabar entre los seis primeros, aprovechó la candidez defensiva del grupo de Marcelo Magalhaes, especialmente en el tanto del empate, logrado a falta de 26 segundos. Incomprensible que Chiqui Gil controlara en coyuntura tan favorable. Antes, en el minuto 39, el 3-2, obra de Carlinhos.

Tras una primera parte floja de los dos equipos, empeñados en jugar ese fútbol sala control que tanto daño ha hecho a este deporte, la segunda fue espléndida, especialmente por parte cacereña. En el primer acto, los goles de Thiago y el empate de Diogo hicieron justicia. Después, la entrada de Alejandro Vega dio vigor a los extremeños, que hicieron dos tantos por mediación de Almeida y Thiago, éste pleno de talento e incluso defensa. ¿Quién dijo que tipos de esta clase no defienden cuando realmente quieren?

Con el partido aparentemente liquidado en el minuto 26, el encuentro parecía más decantado para la goleada. Sin embargo, ahí estuvo el Bilbo apretando y arriesgando hasta el final. Esto le dio premio, pero a ello contribuyó un Forma cándido.